sábado, 25 de octubre de 2008

Talentos perdidos

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DIARIO DE LEÓN, septiembre de 2008


TALENTOS PERDIDOS


Ser un escritor de éxito como la Rowling


Los autores que empiezan consideran que la suerte es clave para publicar


Voces sin escuchar, obras sin leer y mucho talento perdido. En los buzones de las editoriales se apilan montañas de manuscritos que esperan a que una mano gentil los recoja y, en el mejor de los casos, los publique. Pero, por desgracia, no todos los escritores consiguen acceder al restringido mercado literario. Y los que lo hacen, coinciden en afirmar que la es el mayor peso de la balanza, porque la calidad hace tiempo que quedó en un segundo plano. En realidad, la suerte no es el único factor que decide si una obra pasa a formar parte del mainstream o engranaje de la literatura, pero sí que es uno de los elementos más importantes y quizá más aleatorio que entra en juego en las editoriales. Los comienzos en la escritura suelen ser duros y así lo confirma el hecho de que no haya escritores, salvo excepciones, que con su primera obra consigan llamar la atención de grandes editoriales, como Planeta o Seix Barral. Las editoras intentan conciliar la calidad literaria y el oportunismo comercial en sus lanzamientos, y para cumplir con eso rastrean el panorama literario con el fin de que no se les pase nada y luego no se tengan que arrepentir, como hicieron en su día varios editores ingleses al rechazar Harry Potter, de J. K. Rowling.

Pero, ¿es más fácil publicar ahora? Según Juan José Millás, con un premio Planeta en su haber, «mucho más», aunque conviene matizar que el hecho de que sea más fácil lanzar una obra no quiere decir que ésta consiga una resonancia suficiente como para ser «conocida» por el gran público y eso, como Millás afirma, es algo «frustrante».

Para Marta Rivera de la Cruz, la entrada en el circuito literario «no fue difícil» o por lo menos no fue «habitual», como a ella le gusta más decir. Periodista al principio y con la escritura como vocación, le llegó el éxito con su primera novela titulada «Que veinte años no es nada», en la que relataba la pasión irrevocable que el personaje de Luisa siente por un famoso escritor, Cósimo Herrera, veinte años mayor que ella. Consiguió con ella el premio Ateneo Joven de Sevilla y se hicieron nada menos que cinco ediciones de la novela. Los premios suelen ser una de las vías más socorridas para llamar la atención de las editoriales y conseguir con ello promoción para hacer «visible» el libro.

José Ángel Mañas, fue otro de los escritores que se hizo un hueco en el mundo literario a partir de su ópera prima, la rupturista «Historias del Kronen». La novela no sólo consiguió ser finalista en los premios Nadal del año 1994, sino que su historia se llevó a la pantalla grande a manos del director Montxo Armendáriz.



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