Blogs y literatura
Ella, periodista, poetisa y serena. Él, periodista, poeta y anarquista. Pero ambos comparten su condición de ser blogueros (persona que tiene un blog y escribe en él). ¿Pero qué es un blog? Es una bitácora virtual.
Por Douglas Chacón
Claudia Navas con su “Ordinaria Locura” al igual que León Aguilera con su “[K] lavaza”, iniciaron su aventura virtual en el 2005 y, desde entonces, desarrollan una actividad; la tarea de registrar sus ideas y colocar en un sitio de Internet, literalmente, lo que les viene en gana. Según cuentan, los motivó la necesidad de expresar sus ideas y salirse de los lindes que les imponen sus actividades profesionales. “En el blog no hay editores” afirma León, para quien su blog es una revista en donde hay de todo.
En sus sitios, ambos combinan su actividad literaria con opiniones sobre diversos temas. Claudia, también coloca las columnas de opinión que publica en un periódico local. “Lo más gratificante ha sido la interacción con la gente”, comenta.
A la pregunta de si mejoran los blogs la literatura, León dice que sí, “porque se puede escribir libremente, sin censores. Da la oportunidad de leer cosas que no se encuentran en las librerías. Por ello, mejora la lectura de los que quieren leer y no tienen el dinero para comprar los textos en papel. Con el blog viene lo inevitable, un lenguaje nuevo, con su propia jerga cargada de neologismos, como ‘bloguear’. También se genera una tendencia diferente en las formas de escribir. Se requiere del texto corto para facilitar la lectura rápida”.
Claudia cree que “el blog le da a la literatura una característica propia de la época, una nueva forma de expresión, un lenguaje fresco; es más visual y tal vez por ello más popular. Puede que esto lleve a ciertos cambios, pero la Real Academia ya ha lidiado con el cambio antes”.
¿Cómo ha sido la relación con los lectores? Para Claudia “ha sido buena y mala. He recibido elogios, comentarios y ánimo, pero también insultos y provocaciones. Tal vez algunas personas que me leen se sienten incómodas con mis opiniones o sienten envidia, eso no lo sé”
León la califica de interesante, “se recibe mucha retroalimentación. Hay réplicas, pasivas y activas, no encuentro un patrón único en ello”.
Un aspecto interesante es que no tienen un formato definitivo, cada quién le da la estructura que quiere, se intercambian ideas, textos y opiniones.
En cuanto a los temas, para León tienen que ver con la esencia de cada uno. “Particularmente, me gustan las provocaciones, sobre todo en temas tabú. De este modo pretendo alertar, llamar la atención, ayudar a pensar y, tal vez, provocar despertares”.
Claudia asegura que “los temas son muy urbanos, la existencia y la sobrevivencia, un poco el negarse a crecer, extender un poco más la juventud. También se escribe sobre la violencia urbana, la no pertenencia: ni a instituciones, ni a patrones formales, y la cuestión de ganarse el sustento y poder pagar la fiesta”.
En cierto modo, se sienten pertenecer a una generación “post conflicto” de la cual han heredado, según dicen, los costos de la confrontación. A pesar de no tener una estructura gregaria, se reúnen en una iniciativa llamada Panóptico, que no tiene organización, solo lugares y momentos de encuentro.
“Mi generación busca componer el mundo. No hay un proyecto, es más la convicción de que debemos de escribir sobre lo que nos pasa y pensamos”, dice León.
“El conflicto cargó nuestras mentes y almas, algo que deseamos superar, junto a todas las restricciones que vivimos en nuestra infancia”, indica Claudia.
Si bien el blog es considerado un espacio de libertad y creatividad literaria, Claudia insiste en recurrir a la lectura para mejorar la escritura; “no hay literatura sin lectura”, afirma. León apuesta por la libertad de escribir sin rigor, aunque “se reconoce como editor por dentro”, con lo que acepta que alguna estructura se impone en su escritura.
Por último, se refirieron al libro de papel y la posibilidad de ser olvidado. “Espero que sí. El libro es un artículo obsoleto, y con consecuencias ecológicas” dice León, en tanto que Claudia opina “no lo creo, es y seguirá siendo importante. El contacto con el papel, la posesión de ellos y poder declararlos míos, establece una relación especial que no es posible en Internet. ¡Qué hermoso es tener un libro con dedicatoria, eso es algo personal!”.
En sus sitios, ambos combinan su actividad literaria con opiniones sobre diversos temas. Claudia, también coloca las columnas de opinión que publica en un periódico local. “Lo más gratificante ha sido la interacción con la gente”, comenta.
A la pregunta de si mejoran los blogs la literatura, León dice que sí, “porque se puede escribir libremente, sin censores. Da la oportunidad de leer cosas que no se encuentran en las librerías. Por ello, mejora la lectura de los que quieren leer y no tienen el dinero para comprar los textos en papel. Con el blog viene lo inevitable, un lenguaje nuevo, con su propia jerga cargada de neologismos, como ‘bloguear’. También se genera una tendencia diferente en las formas de escribir. Se requiere del texto corto para facilitar la lectura rápida”.
Claudia cree que “el blog le da a la literatura una característica propia de la época, una nueva forma de expresión, un lenguaje fresco; es más visual y tal vez por ello más popular. Puede que esto lleve a ciertos cambios, pero la Real Academia ya ha lidiado con el cambio antes”.
¿Cómo ha sido la relación con los lectores? Para Claudia “ha sido buena y mala. He recibido elogios, comentarios y ánimo, pero también insultos y provocaciones. Tal vez algunas personas que me leen se sienten incómodas con mis opiniones o sienten envidia, eso no lo sé”
León la califica de interesante, “se recibe mucha retroalimentación. Hay réplicas, pasivas y activas, no encuentro un patrón único en ello”.
Un aspecto interesante es que no tienen un formato definitivo, cada quién le da la estructura que quiere, se intercambian ideas, textos y opiniones.
En cuanto a los temas, para León tienen que ver con la esencia de cada uno. “Particularmente, me gustan las provocaciones, sobre todo en temas tabú. De este modo pretendo alertar, llamar la atención, ayudar a pensar y, tal vez, provocar despertares”.
Claudia asegura que “los temas son muy urbanos, la existencia y la sobrevivencia, un poco el negarse a crecer, extender un poco más la juventud. También se escribe sobre la violencia urbana, la no pertenencia: ni a instituciones, ni a patrones formales, y la cuestión de ganarse el sustento y poder pagar la fiesta”.
En cierto modo, se sienten pertenecer a una generación “post conflicto” de la cual han heredado, según dicen, los costos de la confrontación. A pesar de no tener una estructura gregaria, se reúnen en una iniciativa llamada Panóptico, que no tiene organización, solo lugares y momentos de encuentro.
“Mi generación busca componer el mundo. No hay un proyecto, es más la convicción de que debemos de escribir sobre lo que nos pasa y pensamos”, dice León.
“El conflicto cargó nuestras mentes y almas, algo que deseamos superar, junto a todas las restricciones que vivimos en nuestra infancia”, indica Claudia.
Si bien el blog es considerado un espacio de libertad y creatividad literaria, Claudia insiste en recurrir a la lectura para mejorar la escritura; “no hay literatura sin lectura”, afirma. León apuesta por la libertad de escribir sin rigor, aunque “se reconoce como editor por dentro”, con lo que acepta que alguna estructura se impone en su escritura.
Por último, se refirieron al libro de papel y la posibilidad de ser olvidado. “Espero que sí. El libro es un artículo obsoleto, y con consecuencias ecológicas” dice León, en tanto que Claudia opina “no lo creo, es y seguirá siendo importante. El contacto con el papel, la posesión de ellos y poder declararlos míos, establece una relación especial que no es posible en Internet. ¡Qué hermoso es tener un libro con dedicatoria, eso es algo personal!”.
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