martes, 25 de mayo de 2010

Poema XLIII

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DESNUDEZ

He desnudado mi alma

para que tú la veas.

Me quité los ropajes

que cubrían mis huesos,

y me mostré ante ti

tal y como vine al mundo.

Desnudo de cosas, vacío de ideas,

sin temores ni prejuicios,

limpia la voluntad de sombras,

abrojos y quimeras.

Para que cuando así me mires

sepas que bajo el manto de esta piel

no se esconde mas que un hombre

que te ama, te sueña y espera.

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miércoles, 12 de mayo de 2010

APUNTES A “EL FARO DE SIGFRIDO”

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Lo primero que llama la atención de este libro es que está escrito a cuatro manos por Alicia Silvestre y Raúl Herrero, dos poetas tan perfectamente ensamblados que al leer los poemas parecen escritos por un solo autor si no fuera porque los versos de Alicia aparecen en cursiva y los de Raúl en redondas y los poemas propios están firmados con sus iniciales. Pero un mismo espíritu subyace de cada uno de ellos, es como si sus mentes estuviesen enlazadas por un halo común que los envuelve y a las reflexiones de uno contestaran las del otro en total armonía como si de un pensamiento único se tratase, como una sola alma que palpita en el fondo del poema. Sin embargo detrás de esa apariencia primigenia hay toda una labor de estudio, de profundización en el lenguaje, una labor que comenzó en 1995 y que tras un periodo de silencio renace en 2001 con fuerza para dar como fruto este poemario que no es sino la conjunción de dos silencios que se ensamblan en perfecta armonía para deleitarnos con la palabra creadora.

Si el acto creativo es de por sí un acto solitario, aquí se convierte en un acto solidario, una simbiosis perfecta entre un alma femenina y otra masculina que se amalgaman en una sincronía total para dar como fruto un conjunto de poemas, ya escritos al unísono ya por separado, que nos dan una idea clara de lo que para ellos es la poesía, la comunicación de una vida que late en cada verso con la fuerza del embrión primigenio.

Como fieles herederos del postismo observamos en sus poemas una búsqueda casi desesperada de mitos y raíces, a la vez que dan una supremacía al subconsciente sobre la razón, una imaginación desbordada y un simbolismo surrealista intentando capturar en sus imágenes las verdades más absolutas. Así, con un estilo metafórico y sugestivo nos recuerdan al mejor Arrabal, Carlos Edmundo de Ory, Verlaine o Mallarmé como se puede ver en “La Victoria de Samotracia”: “Ínsulas e istmos tenebrosos / se carcajean de la historia / que se mece / en la cuerda diatónica”, en “Bacanal numantina”, poema escrito en una sola voz entre los dos poetas: “Aquel día llovieron astillas herrumbrosas / y se levantó el ámbar que aterido ardía y se desvelaba / en hogar de paredes humectantes / se despació…”, en “Binomio sentimental” de Raúl: “La noche como un saxofón líquido / rueda por la espalda con tu nombre” o en “Esa sola y misma palabra” de Alicia: “Mis letras se bebían en mi ardor su esfuerzo, / mi sudoroso idear. / Y te tuve en mis manos, Sigfrido. / Volvía el silencio cargado de futuro”.

El libro consta de cinco partes, si en la primera predominan los poemas escritos entre ambos donde sus voces se entremezclan para resolverse en una sola, en la segunda aparecen poemas propios junto a dibujos de ambos tan llenos de poesía como los propios poemas. El tercero y cuarto, titulados ambos “Selecta” recogen poemas de cada autor por separado donde nos dan una visión de su poética más profunda y el quinto es un homenaje a Frida Khalo con dos poemas uno de cada autor debido a la influencia de su arte en ambos poetas.

En definitiva, un libro singular que recomiendo desde aquí a todos los amantes de la buena poesía con la seguridad de que disfrutarán con su lectura.


El faro de Sigfrido se encuentra publicado en la editorial Libros del innombrable http://www.librosdelinnombrable.com



viernes, 7 de mayo de 2010

Miguel Hernández

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LA VERDAD, 15 de abril de 2010


Ferris: "Miguel Hernández no era pobre, ni autodidacta, ni un pastor de cabras".


El profesor y escritor dedicó su charla a describir la evolución de la vida del poeta y desterrar los tópicos en que le envolvieron biografías interesadas de uno u otro bando.


F. FRANCO – VIGO


"La figura de Miguel Hernández se entendió mal y se difundió entre tópicos. No era un autodidacta, ni pobre, ni pastor de cabras en sentido estricto", dijo ayer en el Club FARO el profesor, novelista y poeta José Luis Ferris. "Miguel Hernández: pasiones, cárcel y muerte de un poeta fue precisamente el título de su charla, tras ser presentado por el catedrático de Lengua y Literatura española Estro Montaña. Ferris es autor de "El sueño de Whitman", con el que obtuvo el Premio Internacional Málaga de Novela (Fundación José Manuel Lara) en su quinta edición.

A lo largo de la misma el público pudo ir conociendo esa otra figura que él ha ido rescatando en sus investigaciones, que no es la paniaguada que le hicieron sus biógrafos (y amigos) franquistas ni los que les sucedieron, en sentido contrario, tras la muerte de Franco, que le vincularon absolutamente a la izquierda y al espíritu combatiente de la guerra. En su descripción pudimos conocer al joven adolescente de estilo gongorino que escribió un primer libro, Perito en lunas; al poeta del amor; al autor de libros como El rayo que no cesa; al hombre de la guerra y al de las cárceles. Al que supo decir "no" a las propuestas de los vencedores para permitirle salir de prisión a un hospital cercano para curar su, al final, letal tuberculosis.

Piensa Ferris que cada país o bando se apropia del poeta según su situación, como un "sírvase el que quiera". "La gente pensaba en el poeta pastor pobre –dijo–, quien milagrosamente se convirtió en un sabio. No fue un milagro, de iletrado nada. Diez años de escolarización, en aquellos tiempos, era todo un lujo para un muchacho de su estrato social. Su excepcional instinto y un enorme talento le llevó a suplir la formación académica con la lectura de autores clásicos y modernos. Entre 1915 y 1920 fue pastor por prescripción de un padre que cree que escribir son "mariconadas" pero lo hace con los clásicos en el morral, bajo el brazo.

La tesis central del conferenciante, que cree que "la literatura es la forma más eficaz de llegar a la conciencia", es clara: antes era "un héroe perfecto" que murió como tal. Ahora sabemos que tiene sus golpes de héroe, pero también sus golpes de ser humano, con defectos enormes y problemas, como todos. Fue un hombre que decepcionó a amigos suyos del bando ganador que pretendieron salvarle de la cárcel, y ayudarle; pero también el que sabía que dejarse ayudar en esos momentos que le pedían que se convirtiera en una voz del nuevo régimen era contradecir sus principios.

Ferris fue desgranando esas ideas al tiempo que contaba a grandes rasgos su vida. La infancia con un padre exportador de ganado y pudiente pero con una moral estricta respecto a la austeridad en que debían crecer sus hijos. Aquella 1ª etapa poética en su Orihuela natal en la que escribía versos cultistas, retorcidos, gongorinos... "En sólo 10 años –apostilló– pasó de modo magistral de lo retórico a una sencillez que sólo consiguen los maestros".

De esa primera etapa en Orihuela habló del sacerdote Luis Almarcha, que al final de su vida no le perdonaría su "izquierdización" e intervendría para que no saliera de la cárcel. Su amistad también allí con Carlos Fenol, quien le consiguió primeros contactos, con Ramón Sijé, cuya muerte le llevó a componer una de las más grandiosas poesías...

Pasó Ferris por sus idas a Madrid, sus frustraciones iniciales y su vuelta "raído" a Orihuela, el progresivo conocimiento de autores admirados como Bergamín, Aleixandre o Neruda, la consecución de un trabajo allí, por fin, en 1935 en Espasa Calpe... "Se une a las Misiones Pedagógicas de la República –dijo– y le ocurre ya algo definitivo: su alejamiento mental del beaterío de su ambiente natal".

Y sus amores, que tanto influyeron en sus versos. Su novia de Orihuela, Josefina, al final su esposa; su amor pasional con Maruja Mallo y la profundización con ella de su cambio ideológico...

Llega la guerra, se va al frente, acaba como perdedor, le olvidan los suyos y los otros, pasa por 13 cárceles, se muere en la última de tuberculosis.