jueves, 31 de mayo de 2018

Reseña de Carmen carminis. Poemas para ellas, por Raquel Victoria

Raquel Victoria
A través de un paisaje interior mecido entre contrastes, pintado de luces, unas veces clarividentes, otras inciertas, incluso cegadoras, o de sombras dibujadas entre restos de ruinas y recuerdos sepultados entre escombros; observamos el cadente ritmo métrico de los versos, un canto que va recomponiendo, paulatinamente, la primordial esencia femenina emanada en ese complejo laberíntico que hoy, nos depara la llave de la identidad y el significado que conlleva ser mujer, en todas sus vertientes y en la magnitud de la vida misma. Sumergidas/os en este insondable océano entretejido por las palabras, encontramos mujeres abrumadoramente rotas, laceradas por la parálisis del miedo o imbuidas por el desolador arrastre de un inmenso vacío; vislumbramos la tempestad de un cautivo tormento, de esa desgarradora angustia golpeando sin tregua en el pecho o del tiempo transcurrido en el helado letargo.

 Pero, al unísono, detrás del temor y el llanto, atisbamos el ardiente amor apasionado o a aquellas mujeres que han conseguido, con perseverancia y coraje, dejar atrás las aplastantes losas del sufrimiento, para poder enfocar sus pupilas hacia aquel espejo recién pulido que les retrate en una imagen coloreada de vida y dicha. Y es que noche y día se entremezclan, vertiginosamente, para terminar sonsacando la ansiada esperanza de la que dota el renacer del alba.

En “Carmen carminis” Ricardo Fernández Moyano lanza una mirada introspectiva hacia la densa profundidad del universo femenino. Va limando aristas adversas y asperezas hasta reflejar el hilo vibrante de los sentimientos en toda su amplitud. El poeta nos lleva a bucear en un juego íntimo forjado por los iridiscentes haces de una lírica que cala hondo, nos habla con rotundidad de aterradores suplicios y pesares que jalonan, lamentablemente, las entrañas de muchas mujeres; en cambio, nos incita, asimismo, a contemplar, tras la lluvia opaca que tienden las lágrimas, el nuevo porvenir que les espera cuando la tristeza y el padecimiento del pasado, se hayan convertido en un ocaso ya desterrado. Ricardo Fernández Moyano entreteje la lacra social del maltrato y la violencia contra las mujeres por medio de un mensaje claro y sencillo: lucha porque hay salida, con el apoyo preciso lograrás ir arrinconando el dolor en los huecos del olvido y, así, podrás reencontrarte contigo misma, reconvirtiéndote y reinventándote en el umbral de una vida en la que solamente tú has de trazar ese camino libre, por fin, de velos. Es igualmente una nítida misiva en torno al papel desempeñado por la mujer actual; un papel que ha sido arbitraria e injustamente asignado por la globalizada sociedad patriarcal, la cual designa los roles de género, concediéndonos a las mujeres una marcada desigualdad en todos los campos y disciplinas, además de continuar limitando nuestro acceso y acciones en la esfera pública. Sin embargo, y ante todo, la suave danza de estos versos da voz a los silencios de las mujeres, llenando esas vacuas oquedades con una sensible poesía que, en conjunto, clama la concienciación social en una equiparada balanza; aquella que ha de alejarse definitivamente de las imposiciones y de la discriminación sexista.


*RESEÑA DE RAQUEL VICTORIA

domingo, 20 de mayo de 2018

Zarzal en Valladolid por Rocío Redondo

XIX encuentro Poesía sin Fronteras. Valladolid-Zaragoza 18-5-2018
Ricardo Fernández Moyano


Ricardo Fernández Moyano (Albacete) residente en Zaragoza, educador de personas con discapacidad intelectual, trabajo tan importante que requiere una capacidad de entrega y una empatía especial.
Organiza y colabora en recitales poéticos. Ha publicado en diversas revistas y tiene un buen número de libros y premios. Es también pintor autodidacta y ha realizado diversas exposiciones.

Hoy nos trae su poemario “Zarzal”,  una obra escrita con esmero que se mueve en la realidad del dolor de la existencia, ese dolor que a todos nos visita tarde o temprano. Versos demoledores como “Nací en un pedestal perfecto, donde todo era falso” o “Ya no quedan suturas en la piel de las ruinas”, “Te abaten espirales infinitas”

Hace un llamado a las necesidades básicas como luz, “Hambre de sol es lo que busco” y aliento en la oscuridad, o cuando dice “Necesito un aval, un anticipo de ternura”. Todo aquello que nos salva o nos ayuda como la paciencia para soportar las borrascas.

Todo teñido con un halo de tristeza real o tal vez pesimista. Esa voz interior que no cesa produciendo desazón cuando dice “Abraza los susurros y descansa”, descansar aún en la compañía de ese desasosiego con el que a veces caminamos.

Hasta el apartado V es la exposición cruda de la falta de paz y verdad, de morar en el olvido, de morder la ausencia desde la propia ruina.

Ese “desierto sin almendros” “querer cortar de golpe el día”  “Cunetas, claroscuros” “el bisturí de recuerdos”.

A partir del mismo, “RENACER”, nos lleva a los recuerdos de la infancia, como la etapa feliz, la música suave y sin duda la conclusión de sobrevivir. La conjunción del mar, el viento, los colores. Reconocer que siempre hay días claros, “he detenido todos los relojes, ante un impulso de parar el tiempo”.

Me llama la atención este poema aunque pueda parecer una actitud cobarde:

ENMARCADOS

DORIAN Gray
descubrió su destino
palpitando en un cuadro,
por eso desgarró la tela
el día que se volvió cuerdo.

Entre listones
tenemos enmarcada nuestra vida.
Pugnamos por salir,
queremos desmarcarnos
pero una y otra vez nos calzan.

Sólo la muerte nos libera.

En la parte “EL PODER DE LA CARCOMA” hay cierzo, cavernas y vendavales, aferrarse y cantar. Intentarlo todo para sobrevivir, hallar un equilibrio entre nuestras oscuridades y el halo de luz y esperanza.

En “GRITOS EN LA ARENA” vemos la injusta muerte, la desolación de un mundo castigado por otro.

Falta tanta ternura,
que ya no puede mi garganta
rugir más alta su cólera,
y muere en el exilio de un lamento.

Zarzal es un libro profundo, la inmersión en el dolor, en el miedo, en lo enfermo de los días, en las soledades, en las injusticias. Las metáforas justas para realzar con claridad que a pesar de tanto “La emoción logra días sin tregua, y que nada nos aleja de la vida”.


ROCÍO REDONDO

jueves, 17 de mayo de 2018

Zarzal en el XIX Recital Poesía sin Fronteras de Valladolid


Amargord Ediciones tiene el gusto de invitarle a la presentación en Valladolid del libro de poemas Zarzal de Ricardo Fernández Moyano, dentro del XIX Recital Poesía sin Fronteras organizado por la Asociación Cultural Habla de Valladolid.


Será el 18 de mayo a las 20 h. en La Casa Zorrilla, Calle Fray Luis de Granada, 2.


Presentación de Rocío Redondo.

Lectura de poemas por Eva Delgado, Irene de Witt, Asterio Sorribes y Pablo Macías.

Gracias por tu asistencia.