miércoles, 30 de junio de 2010

Un maestro literario, una conciencia política - El último adiós

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EL PAÍS, 19 de junio de 2010

Un maestro literario, una conciencia política - El último adiós

De literatura e ideología

CARLOS FUENTES

José Saramago vino a recordarnos que hay una gran literatura portuguesa. Nos recordó que había el extraordinario antecedente de Fernando Pessoa y antes la extraordinaria contribución de Eça de Queirós. Pero José Saramago escapó, sin renegar de ella, a su condición puramente nacional para unirse a la gran constelación mundial de narradores (Gabriel García Márquez, Nadine Gordimer, Günter Grass, Juan Goytisolo...) que constituyen hoy la narrativa de la globalidad.

José Saramago nunca escribió un mal libro. Toda su obra mantiene un altísimo nivel, una gran calidad. Fuimos amigos personales aunque a veces diferimos políticamente. Pero una prueba de la amistad es saber estar en desacuerdo y mantener una gran amistad. Saramago tenía un carácter fuerte, sabía enojarse con justa causa. Dio batallas políticas importantes en México y en el mundo. Pero al fin y al cabo, lo que sobrevive de un escritor no es su ideología sino su literatura.

Le envío mis condolencias a la bella y querida Pilar y lamento de nuevo la pérdida del gran escritor y amigo José Saramago.
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sábado, 26 de junio de 2010

Ismail Kadaré

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DIARIO INFORMACIÓN, 20 de mayo de 2010

Ismail Kadaré. Escritor, Premio Príncipe de Asturias 2009

‘No hay que bajar al infierno para hacer buena literatura’

Tiene un mirada tranquila. La que aparece después de años de dictadura, ocupación y exilio. Ama la libertad, desconfía de la política y defiende la literatura por encima de todo. El escritor albanés Ismail Kadaré, Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2009, visitó ayer Alicante para participar en un ciclo de Caja Mediterráneo.


CRISTINA MARTÍNEZ


¿Ganar el Premio Príncipe de Asturias le ha abierto puertas?

Sí porque es de los premios más prestigiosos que hay. Mis libros se publican en España desde hace treinta años y ya estaba presente en este país, pero me sirve para darme a conocer mejor.

¿Cómo fue recibido el premio en Albania?

Causó mucha impresión porque es algo de la realeza y para un antiguo país comunista tiene mucho glamur. No solo en Albania, en todos los países que fueron comunistas. Además en mi país hay un gran respeto por la literatura española. Don Quijote es casi un personaje nacional en Albania.

Su país ha sido escenario de numerosos conflictos. ¿Cree que hay países y conflictos olvidados?

En el mundo siempre hay países en conflicto y no se presta atención siempre a todos. Se habla de un país y luego se olvida. Ahora Albania conoce más bien el olvido, como ocurre en todos los países de los Balcanes. Se habla cuando hay un drama y cuando no, se deja de hablar.

Usted ha vivido en un país bajo el yugo de la URSS. La ruptura de esta relación le pilló precisamente estudiando en Moscú. Ha vivido la ocupación alemana durante 9 años, la dictadura de Hoxha y el exilio en París en 1990... ¿Cómo hace crecer esa experiencia vital a un escritor?

Todas las experiencias son válidas. Para una persona normal todo eso es problemático, pero para un escritor esa situación se convierte en arte. A veces se dice que un escritor es bueno si vive situaciones dramáticas, pero yo no lo creo. No creo que un escritor tenga que bajar al infierno para hacer buena literatura.

¿Las situaciones extremas, la falta de libertad, la opresión, el exilio, han hecho su literatura más fuerte y más sincera?

Quizás. Hace 20 años que no hay dictadura en Albania y me preguntan si escribía mejor antes o ahora. Unos dicen que antes y otros lo contrario. Yo no digo nada.

Pero supongo que trabaja mejor en libertad.

Sin ninguna duda. El fondo del problema es que para escribir en un país que no es libre tienes que olvidar la realidad que te rodea, es como una autohipnosis. Eso depende de la fe que uno tenga en la literatura. Si crees en la literatura estás inmunizado porque estás en relación con un mundo superior. Pero si das más importancia al entorno y menos a la literatura estás perdido. Yo cuando escribía en la dictadura me hice esa pregunta. Si lo que yo escribía era una literatura normal o no, si escribía como en cualquier otro lugar libre. No lo sabía hasta el día en que en 1970 se publicó en Francia mi novela "El general del ejército muerto". Al año siguiente salió en toda Europa. Entonces comprendí que escribía como tenía que ser, que hacía literatura normal. Si al mundo libre le gusta es que soy un escritor normal, pensé. Y ser normal en una dictadura es algo muy raro porque la dictadura es la cosa más anormal del mundo. Aunque la literatura es una especie de "tiranía", pero en contradicción con la tiranía política. Son dos tiranías que se enfrentan y las dos son crueles, no perdonan.

Una vez conseguida la libertad, ¿se ha sentido decepcionado?

Es verdad. Pero en general los que se decepcionan son los inocentes, también algunos que tienen preparación intelectual y cultual. No puedes escapar del fenómeno de la desilusión, pero con un poco de esfuerzo psicológico puedes superarlo. La realidad que sueñas luego nunca es como te imaginas y la libertad forma parte de esa realidad.

El mundo atraviesa una grave crisis económica, pero también una crisis de valores. ¿Dónde vemos la luz en este túnel?

Creo que no puedo dar una respuesta a eso. Yo hablo de literatura. Pero creo que siempre ha habido crisis en el mundo. Lo que ocurre es que ahora las cosas son más abiertas y a lo mejor antes la gente estaba más tranquila porque no tenía noticia de las cosas.

Después de toda su experiencia, ¿aún confía en la política?

Tengo una confianza relativa. No creo que la política vaya a solucionarlo todo. Solo será relativamente honrada, relativamente sincera porque la política no acepta la sinceridad ni la honradez. No se le puede pedir más de lo que puede ofrecer .

¿Y qué papel tiene la literatura y la cultura en general en este camino para superar todo esto?

Por supuesto tiene un papel, pero un papel indirecto. Si la literatura pudiese tener influencia sobre la política se destruiría a sí misma. Sería algo muy grave.

Haber sido candidato al Nobel en varias ocasiones ¿le inquieta o le da igual?

Ni una cosa ni otra. Ser nominado es casi un oficio. A veces se convierte en un discurso nacional, en mi país causa mucho impacto, pero no pienso demasiado en ello.

¿En qué está trabajando ahora?

Estoy escribiendo un ensayo... me gusta mucho escribir ensayos. Hay quien dice que no es verdadera literatura, pero yo creo que sí lo es.

¿Y novela?

Por el momento no.

¿Qué hace Ismail Kadaré cuando no escribe?

Nada... Pienso en lo que voy a escribir.

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sábado, 19 de junio de 2010

Poema XLIV

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FUEGO HELADO

La música que acompaña mis días

no es más alegre

que la de otro tiempo,

cuando la luz

del atardecer era reflejo

de la melancolía

que dormitaba en mi rincón.

Ahora suena más viva

con voz pura, encendida

como fuego helado,

que habita silencios del alma.

Desata últimos rescoldos,

de un fuego que aún me consume.

Tiembla mi gesto

aferrado a tu almohada

y mis labios son sabores

de las noches de invierno.


Del libro inédito "La miel y la ceniza"
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martes, 8 de junio de 2010

viernes, 4 de junio de 2010

Firmas en la Feria del libro de Zaragoza

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Mañana sábado día 5 estaré de 18 a 20 h. en la caseta de Olifante firmando ejemplares de Poetas suicidas y el domingo día 6 de 12 a 14 h. en la caseta de la Asociación Aragonesa de Escritores firmaré ejemplares de mis libros.

Gracias por asistir.
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martes, 1 de junio de 2010

Caballero Bonald Premio Lorca de Poesía

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IDEAL, 15 de mayo de 2010

El poeta Bonald y su esperanza inteligente.

El galardonado reivindicó en el Carmen de los Mártires "los viejos métodos humanísticos de la razón", en un mundo "asediado de violencia y desmanes".


El jerezano dice que la literatura le ha ayudado a vivir plenamente al recoger el Premio Lorca.

ÁNGELES PEÑALVER | GRANADA.


El poeta José Manuel Caballero Bonald (Jerez de la Frontera, 1926) recogió el VI Premio Lorca de Poesía con unas brevísimas palabras entonadas con gravedad, cierto nerviosismo y el inconfundible acento de alguien nacido de un padre cubano y una madre de ascendencia aristocrática francesa. El galardón se otorga a la trayectoria literaria, y Bonald dijo de sí mismo: «Mi vieja y afanosa dedicación a la poesía, durante más de 60 años, es una tenacidad duradera».

Se reconoció como un escritor en cuyos textos se vuelcan sus ideas estéticas y su moral. «En mi obra está implícito todo lo que pienso y aun lo que no pienso», aclaró ante la mirada atenta de los 400 asistentes al acto, repartidos por los pequeños salones del Carmen de los Mártires. En este palacete del siglo XIX se siguieron los discursos en directo a través de pantallas de televisión, ya que el acto, que en un principio iba a ser al aire libre en los jardines, se celebró en el interior por las bajas temperaturas.

Palabras como «la literatura me ha ayudado a vivir plenamente haciendo mis diagnósticos de la realidad» caldearon el ambiente institucional y protocolario del encuentro. Caballero Bonald cerró su discurso recordando que el mundo de violencia y desmanes que nos rodea encuentra soluciones en la inteligencia y en los viejos métodos de la razón.

«La utopía es la esperanza consecutivamente aplazada, de modo que habrá que confiar en que esa esperanza se nutra de los frutos generosos de la inteligencia», abundó el galardonado. El autor de 'Manual de infractores' (2005) recibió largos aplausos tras definir la poesía como un «buen sistema para defendernos de todo lo que nos impide ser más íntegros y felices».

En la gala, retransmitida en directo por la televisión municipal, el alcalde de Granada, José Torres Hurtado, señaló que la ciudad es sinónimo de literatura. «Entre sus muchos títulos esperamos que pronto luzca también el de Capital Mundial de la Poesía, como ciudad creativa para la Literatura», apostilló el regidor.

El alcalde repasó los aciertos del jurado en las seis ediciones anteriores del Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca. Desde 2004, han obtenido el galardón el asturiano Ángel González, el mexicano José Emilio Pacheco, que hace apenas un mes recogía el Premio Cervantes; la peruana Blanca Varela recibió la tercera edición del premio en 2006, siéndole concedido el mismo año el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana; un español, nuevamente, consiguió el premio en 2007, el poeta valenciano de la Generación del 50 Francisco Brines. Y en 2008 lo volvió a recibir un valenciano y mexicano de adopción, Tomás Segovia.

Pero fue el año pasado cuando por primera vez esta institución decidió premiar a un poeta andaluz, el gaditano José Manuel Caballero Bonald, «a quien felicito con especial ilusión, en nombre de la que desde este momento es también su ciudad», dijo Torres Hurtado.

Minutos antes, el autor de 'La noche no tiene paredes' (2009) había señalado que el Premio Lorca era una de sus más gratas satisfacciones en su ya largo oficio de escribir. «Para mí, es mucho más que una coincidencia feliz conectarme con Lorca», espetó.

«Rompe con lo establecido»

«El premio recae sobre un poeta excepcional, alguien a contracorriente, alguien que rompe con lo establecido y llama a las cosas por su nombre con fuerza y valentía, utilizando la palabra para puntualizar lo que no le gusta de todo cuanto ve, sin olvidar el lado más tierno de la vida, la fuerza del amor o la imperecedera belleza del mar, al que siempre está tan unido», prosiguió Torres Hurtado en la intervención más extensa de la velada, donde se dieron cita poetas como Ernesto Cardenal, Luis García Montero, Daniel Rodríguez Moya, Fernando Valverde y Luis Muñoz.

El primer edil recordó lo que decía el desaparecido Ángel González: «El atractivo de la personalidad de Caballero Bonald se debe a una equilibrada combinación de cualidades en apariencia opuestas, que en él se contraponen y armonizan. Su temple irónico no le impide tomarse muy en serio las cosas que merecen la pena; su actitud a veces en apariencia distante, es compatible con la cálida proximidad que desprende su compañía; su sentido lúdico de la vida que le lleva a prolongar los momentos de ocio placentero hasta agotarlos, está compensado por una disciplinada dedicación a su trabajo de escritor». El jerezano, desde su asiento, donde estaba junto a su esposa, parecía confirmar con su natural actitud parte de las palabras del asturiano.

«Dice Luis García Montero de la región de Argónida, el territorio ficticio que José Manuel Caballero ha creado en sus poemas y sus narraciones, que, aunque coincide con el paisaje del Coto de Doñana, en ella la intensidad simbólica de la literatura edifica una naturaleza cargada de mitología personal, un espontáneo impulso de la tierra, vengativo y laborioso, que ajusta cuentas con el desamparo de la realidad inhóspita. Encerrarse con la literatura es lo mismo que encerrarse con la realidad», disertó el alcalde ante los dos poetas aludidos.

A esta VI edición optaban 36 escritores -diez españoles y 26 iberoamericanos-, entre los que se encontraban Pablo García Baena, Ida Vitale, Rafael Guillén, Luis García Montero, así como el argentino Alfonso Nassif, el chileno Nicanor Parra, el peruano Antonio Cisneros, el panameño Demetrio Fábrega, el mexicano Homero Aridjis y el argentino y Premio Cervantes Juan Gelman.