sábado, 28 de marzo de 2009

Un debate literario inútil

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MILENIO, 25 de febrero de 2009

SOBRE UN DEBATE LITERARIO INÚTIL

Por Mariano González-Leal

Howard Phillips Lovecraft y Edgar Allan Poe son dos de los más grandes maestros de la literatura de horror norteamericana.

Cada uno aportó su propio estilo a la creación de mundos oníricos plenos de sobresaltos, manteniendo al lector anclado a sus relatos, magistralmente construidos. Ambos artistas configuraron sus cuentos de diferente manera, y es injusto compararlos. ¿Por qué parece interesante abordar este tema? Es un hecho que ahora y siempre habrá discusiones relativas a la cuestión que se refiere a cuál de los dos escritores ha sido superior en su literatura al otro. Tal debate puede estimarse absolutamente estéril.

El horror de Poe se desenvuelve en un plano meramente psicológico. La fórmula del escritor bostoniano consistió en explotar la angustia del lector desde un punto de vista predominantemente subjetivo. Aquí, el pánico se deduce de causas, en su mayoría, endógenas -salvo ciertas excepciones-. Poe no crea monstruos objetivos. Su mérito es lograr conducir al lector por los caminos de la mente y sus fantasmagorías, sin tocar nunca temas relativos a seres surgidos, por ejemplo de otras galaxias.

Lovecraft, por el contrario, es un creador de mitos, un inventor de monstruos. Sus narraciones giran en torno a una compleja cosmovisión, con sus particulares puntos de vista acerca de la creación del universo y el origen de ciudades perdidas.

En la obra de Lovecraft, podemos encontrar seres surgidos del espacio exterior. Una de sus obras más importantes, Los Mitos de Cthulhu, trata el tema de dioses y divinidades de pueblos casi desparecidos. La literatura de Lovecraft, frecuentemente, alude a temas relativos a la ciencia ficción y a asuntos totalmente diversos a los que trataba Poe.

Edgar Allan Poe, además, cultivó, en mayor medida que Lovecraft, la poesía, y a diferencia del segundo, encontrar la belleza, aún en las manifestaciones genéricas del horror, era su motivo conductor principal.

Se antoja difícil que, salvo por la cuestión referente a que no fueron contemporáneos

-Poe vivió antes que Lovecraft-, el primero haya sido precursor directo del segundo, pues independientemente de cualquier afirmación que pudiese haber hecho éste último al respecto, Lovecraft fue bastante original y nunca emuló el estilo de Poe. Puede considerarse más viable que Poe haya influido, por ejemplo, en el escritor uruguayo Horacio Quiroga, cuyos relatos -tómese por ejemplo

-El Almohadón de Plumas- presentaban una influencia muy marcada por parte del poeta bostoniano. En Quiroga, como en Poe, puede advertirse cierta obsesión con la enfermedad y con la muerte, sobre todo, de mujeres hermosas.

En la obra de Lovecraft la presencia de mujeres es rarísima, y virtualmente todos sus personajes femeninos laboran para los intereses de poderes malignos. Para Poe, en cambio, es casi imposible prescindir de la idea de la belleza femenina, aludiendo a la mujer como la máxima representación de lo sublime y etéreo.

De todas formas, cualquiera que sea la preferencia del amable lector en relación con la narrativa del género, tanto Howard Phillips Lovecraft como Edgar Allan Poe son referencias obligadas a la hora de querer echar a volar la imaginación leyendo relatos que despierten nuestros temores más profundos. Ambos escritores fueron geniales, y -desde luego- vale la pena leerlos.
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5 comentarios:

Ángel Sobreviela dijo...

El espanto en Poe surge del propio acto de pensar, de la naturaleza del ser pensante y de la mala dirección de sus pensamientos.
En Lovecraft el horror es principalmente externo, proviene de cada objeto o incluso de cada intersticio entre los objetos, y esto último constituye uno de sus máximos logros expositivos: léase al respecto su relato “Del más allá”. La pesadilla comienza cada vez que un personaje (implícitamente, cada uno de nosotros, ) abre los ojos frente al mundo.
Sólo en una segunda fase la mirada aterrorizada se vuelve hacia dentro, los ojos giran en el interior de sus cuencas (por decirlo así) y el sujeto se descubre y a veces se manifiesta como horrible: El extraño, La sombra sobre Innsmouth, En la noche de los tiempos… Hay un rezumar malsano que desborda por cada fisura en Lovecraft: la esencia del universo es sucia, hiede, troncha, mutila, y hasta se burla...
Por todo ello, no es cuestión de quién alcanzó mayor finura expresiva en su literaturizar el miedo, sino en quién es nuestro radical contemporáneo… en este sentido, estoy seguro de que Lovecraft nos es más cercano; ya lo fue en su tiempo, pero más aún tras la pesadilla de la Segunda Guerra Mundial que no alcanzó a conocer en vida, las tensiones de aniquilación global que la siguieron y todas las amenazas sin forma que nos cercan en nuestros días. Lovecraft permanece y permanecerá durante todo un siglo aún, por lo menos, como más cercano a nuestra sensibilidad estremecida, a nuestras heridas sin cerrar.

Enhorabuena Ricardo, por este post y por todo tu blog. Una gran idea sacar este tema. Recuerdo que en el homenaje a Poe en la FNAC yo pensaba en los padres de la literatura fantástica y me surgía la vieja comparación entre Hoffmann y Poe (hay una tesis publicada muy buena sobre el tema).

MarianGardi dijo...

La diversidad de estilos es ideal en literatura:
Que seria del lector soportando la misma sintonia de un escritor, o la misma tematica.
Vivan los estilos diferentes, eso sí, con enjundia.

Besos

Antonio Martín Bardán dijo...

Hola, Ricardo.
Vengo viajando entre blogs y me ha sorprendido gratamente el encontrarme aquí con estos dos maestros indiscutibles, Poe y Lovecraft. Si ese debate se centra en quién de los dos es superior, literariamente hablando, me parece, en efecto, un debate inútil. Porque, cómo bien se ha dicho aquí, sus estilos y temáticas tienen muy poco que ver, aunque ambos estén en ese terreno un tanto resbaladizo de la literatura "de horror".
Lo innegable, ya digo, es que los dos eran maestros en lo suyo y hoy representan dos baluartes de las letras norteamericanas, asunto éste que ninguno llegó a gozar en vida, claro.
Y puestos a comparar, se podrían colocar frente a frente, como juego, La Aventura de Arthur Gordon Pym, de Poe, y En las Montañas de la Locura, de Lovecraft, que quiso ser un homenaje a la primera, y sin duda lo consiguió.

Encantado de pasarme por aquí.
Un saludo.

Alejandra Menassa dijo...

Hola Ricardo: Tendré que leer a Lovecraft, a Poe y a Quiroga los he leído extensamente. Poe es trabajado por Lacan en su seminario La carta robada. Es una referencia en los ambientes analíticos.
Gracias por tu trabajo.
Un saludo.

Ricardo Fernández Moyano dijo...

Gracias Ángel por toda la información que nos das sobre estos dos geniales autores que complementa perfectamente el artículo.

Un abrazo.

Gracias Marian por tu comentario, naturalmente lo estilos diferentes enriquecen la literatura y también la vida.

Un beso.


Gracis Antonio por tu visita y por las referencias tan instructivas que nos das.

Un abrazo y hasta la próxima.

Alejandra, Lovecraft también era casi un desconocido para mi, tendré que ponerme al día. soy un enamorado de Poe así que éste por todo lo que he leído tampoco debe tener desperdicio.

Un beso y gracias por tu visita.