CAOS
No podemos vivir en dos orillas,
expulsar demonios por la boca
sin sentir el calor del sudario
en la frente de los débiles.
Derramar cascadas de luz
sobre crines de asfalto
y levantar estatuas de papel
en las oficinas del pánico.
Ya duermen los abedules
bajo un hechizo de hembras,
no hay paz para los gusanos
en la piel de las mazmorras.
Marchitas están las madreselvas
tras los corceles del tiempo,
callan despacio las gaviotas
en un caos infinito de ausencia.
Y mientras me envuelve la noche
callada, sueño con serpientes,
ángeles guerreros con tez de acero
enviados por mensajeros de muerte.
Altas torres cayeron del cielo
como torrenciales torrentes
que desataran la sed de los justos
tras una espesa cortina de nada.
Leído en la "Noche embrujada" del 6 de junio
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4 comentarios:
Ese caos que nos impregna y nos hace de nada, de nadie, de todo.
Me ha encantado el poema.
Un abrazo
MArian
aùn en los momentos màs desesperanzados del ser humano, se acude por ayuda ...
inscripto en los genes del propio ser esta el deseo de existir para siempre ...
es una luz de esperanza.
Alicia
Buen poema aunque ha habido otros que m ehan gustado màs.
Un abrazo
Es un poema apocaliptico Ricardo pero como siempre muy bien escrito . Me encanta lo de no podemos vivir en dos orillas. Hay tanta gente falsa. No podemos hablar pero sin compromiso. Un abrazo gran poeta y ser humano. milagros
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