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IDENTIDAD
Para Ángel Guinda y Eloy Sánchez Rosillo
Llamarme Ángel Rosillo fue un sueño,
una ráfaga de luz en la tiniebla
que me sacó del asfalto
y me elevó a las nubes del Parnaso.
Llenó las horas tristes
con la miel de la palabra,
me fundió con el manto noche
y libé los pétalos del alba.
Ser Ángel Rosillo fue una lucha,
una quimera poblada de estrellas
que despertara mi esencia
sin más ropaje que mi alma.
Volar a los campos de lirios,
esculpir epitafios en deseos
y naufragar en la piel del silencio
con las plumas de un viento nacarado.
Del libro inédito Rituales de Identidad
Éste poema fue con el que abrí mi blog y el último que leí en la librería Cálamo-Actur el 2 de diciembre.
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