lunes, 19 de enero de 2009

Ecocentro IV

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EL UNIVERSO DEL AMOR AMANTE

por Carlos Villarrubia

(Al calor de la compañía creativa en Ecocentro, 10 de enero de 2009)

Salir de la pasividad y habitar en los hoteles del alma, navegar con la palabra alada para que no pare la acción emocional, ramificarse y no tomar el afecto como excepción. Adiós a la cárcel de cristal, a la divina telaraña. Abrir ventanales para respirar perfume libertad y pasear por la alameda de los árboles nuevos, bendición de calles mojadas y ya todo es paisaje por la ciudad de tus ojos, transito del dolor al placer. Principio de alegría que convierte al gozo en un bajo continuo que nos acompaña sin estridencias, ser Universo, contemplarnos desde el espacio abierto en la sierra telúrica con el cielo tachonado de estrellas. Abismales pero sin abismos, despoblarnos porque en la conexión natural nos multiplicamos, el desgaste embellece, dulcifica, convierte la caricia en tacto emprendedor. Ya no hay zarpa opresora porque el muro cae ante el empuje de las danzas húmedas. El tacto del pensamiento/llave frente al desasosiego del pensamiento/frontera para iluminar zonas de sombra, seres líquidos con el amparo de la casa-cuerpo. Sí, hay placer por la autoliquidación pero para “liquidarnos” y en la corriente submarina y transparente espantar el agobio sin salidas de emergencia. Con la ligereza del agua en el manto de la posidonia oceánica y así rescatar la flor de la generosidad. Pensamiento-luz, visión luminosa, arteria triunfante en la loca manivela del azar. Trajes con el viento y alguien de repente se ocupa de ti. El universo del amor amante, siente porque presiente, ventanas siempre ventanas como las de Brel en París a orillas del Sena saliendo de las escaleras de caracol con un tango de Astor Pizzola.

“Dame un poco de palabra amable
dame un beso de sonrisa noble
dame un poco de ilusión de la menta
te la cambio por carbón de azúcar…”

(“En el aire”)

Y ver el tiempo volar. El universo del amor amante no tiene límites; pregunta pero no inquiere; sugiere, acompaña como la buena sombra pero ni acecha ni persigue.

Ser activo amar amando en un presente continuo; ofreciéndote sin sumisión con la entrega generadora. Ser nueva fuente de energía afectiva. Quién dijo pasividad si sigues en la ruta aunque vislumbres…

“Una sola y fugaz carretera
en las autopistas de mi corazón
la serpiente de un día cualquiera
y un soplo de enero en esta noche fría
una vieja y lejana maleta
en el cuarto escondido de la desesperación
después de tanta entrega
cuando ya nada queda
de todo lo intenso
qué feliz fui mar adentro”.

(“Adiós dolor, adiós rencor”)

Y ser amor manando amor y que no pare la acción emocional, que siga el vuelo del alma emigrante siempre en el sendero de la vida para ser vivida.

“Te doy el tiempo que necesites
yo te espero en el camino
allí donde el amor no se resiste
al fugarse del olvido,
allí donde la vida no dimite
donde el sol te besa limpio sin quemar
y bajando la escalera del orgullo
lo que tienes bien sincera me lo das.
Amor que no pretende deslumbrar
tan humilde y generoso quién lo niega
dime quién no se muda a ese lugar
donde las palabras nacen como estrellas.
Amor que ya se rinde a la canción
Que no entiende de estrategias ni de tretas
Es la espuma desbordada en explosión
Es amor manando amor”.

("Amor manando amor")

Desplegar el mapa más allá del miedo. Los tesoros no se poseen, dejar de ser quimeras en el arcón cuando se comparten.

Carlos Villarrubia 2009

Texto en agradecimiento a todas las energías brillantes y creativas que emitieron señales intensas de vida en el frío enero de Madrid de nieves benefactoras en Ecocentro, 10 de enero de 2009.

1 comentario:

Lila Manrique dijo...

Cuando el talento se manifiesta de esta manera, no es posible pasar de largo, sin detenerse a leer un poco. Y de ese poco que he leído, me empape de letras maravillosas.
Felicidades, todo un placer estar presente.