jueves, 17 de febrero de 2011

Poema LVII

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ARMONÍA

Anestesiado en esta maraña de locos,
gira la pereza del reloj
ante los líquenes del absurdo.
Al llegar la noche
hay músicas de caricia
sobre mi sed de tímpanos.
La vida muestra su cara más amable
sumergido en la palabra.
Las notas ruedan a la espalda del ojo
en la albarda del orbe.

Del libro inédito Rituales de identidad

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4 comentarios:

Nela dijo...

Un placer haberte encontrado y poder leerte.
Besos
nela

Marisa dijo...

Es al llegar la noche
cuando uno es consciente
de que el cuerpo respira,
se tranquiliza y compone
esos bellos versos.

Un abrazo

Felicidad Batista dijo...

Leer poemas como este a la caída de la noche, en las proximidades de la madrugada es una merecida recompensa a una jornada atribulada. Un abrazo desde Canarias (Tenerife)

MarianGardi dijo...

Me ha gustado mucho, como toda tu poesia le gusta Ricardo!!
Un abrazo te pongo en mi facebook