miércoles, 7 de julio de 2010

Poema XLV

.

PALABRAS COMO DARDOS


Bajo el suelo lúcido e infame

una sima de rancia lava

horada las entrañas de la vida

en una lucha desigual y sórdida.

Sobre la costra de mugre y asfalto

sobrevive la maldad de las almas

en el olvido del fuego fatuo,

la cegadora luz del océano.

La palabra usada como escudo,

flecha arrojadiza o bálsamo

otorga el valor a los humildes

y desvela el poder de la ciénaga.

Buscas refugio en soledad,

hallas fuerza en la impotencia

para superar tristes heridas

y la pérdida del silencio.


Del libro inédito "La miel y la ceniza"

.

3 comentarios:

Marisa dijo...

Utilizar la palabra como
arma arrojadiza para hacer
daño a los demás producirá el efecto boomerang que menos
se espera.
Que la voz sea fuente de paz.

Un gran abrazo

MiLaGroS dijo...

Muy bello y profundo Me gusta. Un abrazo

Princesa115 dijo...

Bonito poema.

Refugiarse en la soledad para sanar heridas!!!

Saludos