martes, 7 de abril de 2009

Miedo al contacto

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DIARIO INFORMACIÓN, 28 de febrero de 2009

ENTREVISTA A LOLA BECCARIA: ESCRITORA Y GANADORA DEL PREMIO AZORÍN

"La gente se relaciona con un airbag por miedo al contacto"

Jugando a la paradoja, la escritora gallega Lola Beccaria ganaba el miércoles el Premio Azorín con "El arte de perder". En este libro, se adentra en el mundo de las relaciones por Internet, en el que se metió ella misma como usuaria. Quizá su condición de terapeuta le ayuda a comprender terrenos cibernéticos en el que algunas personas disfrazan su alma y otras se tiran a la piscina del amor sin miedo al batacazo. Todo persiguiendo una caricia, "y qué importantes son las caricias", dice.

SERGIO ILLESCAS


Tanto en sus anteriores novelas como en ésta, presenta a una serie de mujeres maduras que se someten a replanteamientos personales. ¿Es su literatura algo terapéutica para el sexo femenino?

Para mí la literatura es casi como un proceso de conocimiento. La novela de aprendizaje no tiene por qué ser la primera que haces sino que te puedes pasar la vida escribiéndola. De hecho, muchos autores, en la última etapa de su carrera, recuperan ese estilo de novela de aprendizaje. Y es que no es tanto de aprendizaje como de desaprendizaje, es decir, revisar todo aquello con lo que cargamos, como las verdades universales. En "Una mujer desnuda" planteo el aprendizaje sexual y emocional de una mujer. En "Mariposas en la nieve" es un viaje de conocimiento de la protagonista. En "El arte de perder" intento salirme de lo particular para tratar de hacer un análisis sobre los sentimientos en un espacio donde se encuentran hombres y mujeres. Reflexiono sobre cómo es el amor hoy en día y sobre la resistencia a amar. La gente se relaciona con un airbag por miedo al contacto. En Internet, a veces, encuentras una posición demasiado pasiva ante la vida, de espectador...

Aunque el papel del escritor también se podría considerar de espectador...
Yo creo que es más de ojeador, es la mirada que imprime... Lo que hace es mirar el mundo y según el ángulo que tome, pone en evidencia determinadas cosas que el de al lado no ve a simple vista, quizá porque las tiene muy pegadas a la realidad. Yo me considero una escritora activa, no soy magnetófono a la hora de contar la realidad.

Tras ganar el premio hizo una clasificación curiosa sobre la gente en general, en la que dividía a los que aman bien, a los que aman mal y a los que aman pero no lo saben... ¿En qué grupo se sitúa usted?

Yo soy de las que arriesgan, de las del batacazo... y me lo he dado muchas veces. Antes, cuando me lo daba, me fustigaba. Ahora, de pronto, hice la reflexión de por qué me tengo que fustigar tanto por esto, si soy así, soy así. Por eso el sentido de la novela: si soy de las que se la pegan tendré que verle el lado positivo. Porque yo lo que no puedo evitar es estar viva y desear, querer... Y es lo que trato de transmitir en el libro: que hay que ir a por lo sueños a pesar de que de vez en cuando perdamos. Perder una vez es simplemente parte del entrenamiento en la propia pérdida, algo que nos permite volver a intentarlo.

En este momento de crisis en el que mucha gente no deja de perder, ¿puede servir su novela para dar ciertos ánimos?

Mira, a mí como materia narrativa me interesa lo que se nos vende como la felicidad y el precio que tenemos que pagar por ella. Nosotros recibimos información del entorno, tanto de los medios de comunicación como de los políticos, que te venden la imagen de prociudadano, de ese estado de bienestar relacionado con el consumismo. Lo que realmente hay que preguntarse es: ¿De verdad está la felicidad que yo busco en el escaparate o tengo que ir a por ella a un lugar un poco más sagrado?

Quizá muchos adolescentes consideren arcaica la crítica que arroja su novela sobre las redes sociales como espacios para el ligoteo...

Yo no critico las redes sociales. De hecho, considero que Internet es un lugar maravilloso para conocer gente de todo tipo. Lo que me niego a tolerar es el engaño, la gente que vende por Internet una imagen que no es la suya y manipula a otras personas. Pienso que ese tipo de personas no se sienten bien con ellas mismas

Usted ya quedó finalista en el Nadal pero seguro que un premio como éste le abre nuevas puertas laborales...

Pues, de momento, me va a permitir pedirme una excedencia en mi trabajo en la RAE para ver si me puedo ganar la vida con lo que realmente me gusta, la escritura. Es una cuestión de asumir riesgos.

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4 comentarios:

Libertad dijo...

Hola de nuevo querido Ricardo. Después de leer la entrevista que nos regalas hoy quería dejarte unas palabras de agradecimiento. No sólo vengo a disfrutar de tus poemas, vengo a aprender porque siempre encuentro en tus entradas nuevo alimento para mi espíritu, nuevos escritores para mí, ellos también me enseñan y así, todo lo que la vida me deje, seguiré disfrutando y aprendiendo. GRACIAS.
Seguimos cerquita.

MiLaGroS dijo...

Hola Ricardo. Me parece una entrevista muy interesante y lo del uso de airbag para las relaciones humanas me parece una imagen muy sugerente y muy adecuada.A poca gente encuentras
con disposición de ser tal cual es y abrir su corazón. Me entran ganasde leer el libro ¿ dondepuedo conseguirlo?. Un abrazo. milagros

MarianGardi dijo...

Gracia spor compartirnos esta valiosa información.
Besos

Ricardo Fernández Moyano dijo...

Gracias Libertad por tu visita, todos aprendemos unos de otros. gracias por estar ahí.

Un beso.

Hola Milagros. Me alegro que te haya gustado el libro, lo puedes encontrar en cualquier librería y si no lo tienen lo puedes pedir.

Un beso.

Hola Marian, encantado de tu visita siempre agradable.

Un beso.