jueves, 14 de diciembre de 2023

MI BARRIO, EL PICARRAL


 MI BARRIO, EL PICARRAL


Lo primero que llamó mi atención al conocer el Picarral fue su luz, se colaba entre los edificios como si los envolviera, grandes zonas verdes llenaban los pulmones de aire y la paz se podía respirar, pero más de cerca, me llevé una cierta desilusión, parecía que estaba a medio hacer. Un gran solar de una antigua fábrica textil y otros muchos, contrastaba con mi primera impresión; parecía inhabitable. Faltaban algunos servicios de primera necesidad, la mayoría de las veces había que recurrir a los establecimientos del otro lado del Ebro.

Alrededor de los años 70’ hubo una gran lucha por mejorarlo. Las fábricas ocupaban casi todo el espacio, inundándolo de humos y olores muy desagradables. Las calles, sin asfaltar, en cuanto llovía se convertían en un inmenso lodazal haciéndolas casi impracticables. Por entonces, los tanques del Ejército lo atravesaban camino del campo de maniobras de San Gregorio, dejándolas en una situación aún más lamentable de lo que estaban. El servicio sanitario y educativo dejaba mucho que desear. No había más casas que las de los obreros, así como las viviendas sociales que se construyeron en 1957 y un edificio donde se hallaban la Parroquia de Belén regentada por jesuítas en misión obrera, la Guardería y la Asociación de Vecinos, que fue la primera de Zaragoza. Gracias a ella, hubo una intensa actividad social; las manifestaciones estaban al orden del día para solicitar mejoras en el barrio y pedir las necesidades no cayeran en el olvido de las Instituciones. Por entonces, vivir en la Margen Izquierda no se consideraba vivir en Zaragoza, pero poco a poco se fueron consiguiendo los logros necesarios para hacerlo cada vez más habitable.  Ahora se encuentra integrado en nuestra ciudad como ciudadanos de pleno derecho. Aquella situación tan penosa quedó reflejada en los carteles y recortes de prensa de la época recogidos en la Asociación donde queda patente la lucha vecinal. Hoy las necesidades son otras, el paro, una mejor calidad de vida para nuestros mayores, la desigualdad con cara de mujer, niños/as, inmigrantes, etc. Siempre hay necesidades que cubrir y caminos para pedir un barrio más humanizado. La Asociación convoca todos los años un Certamen de Relatos organizado por la Comisión de Mujeres del mismo siempre referidos al mundo de la mujer, denunciar situaciones de violencia hacia ellas y solicitar su derecho a la igualdad en todos los ámbitos. Así mismo, convocan una Muestra de poesía, con la finalidad, como en aquel otro, de animar a los vecinos a expresar sus inquietudes, aunque siempre suelen participar personas de otros barrios de Zaragoza.

Tenemos el orgullo de haber contado entre ellos con escritores consagrados de las letras aragonesas. También participan, algunos residentes de la cárcel de Zuera e internos de la Residencia de Disminuidos Físicos de Aragón, siempre dispuestos a colaborar. 

Desde hace algunos años, se celebra en la Plaza de España de la ciudad una concentración contra la violencia de género y reivindicar sus derechos en la que la Comisión de Mujeres participa activamente, así como vecinos del barrio. El 11 de septiembre se realiza un homenaje a Salvador Allende, bajo el monumento que hay en su recuerdo, con motivo del aniversario de su fallecimiento.

Todo ello da una idea del compromiso social y cultural de barrio, de gran admiración por las entidades de la ciudad.


En la actualidad, es un barrio con toda clase de servicios, desaparecieron los solares y se ha convertido en un lugar tranquilo con alta calidad de vida. 

Contamos también con un Centro para Personas Mayores con una serie de actividades que hace que se sientan integrados y disfruten de la compañía de personas en situaciones similares.


Ricardo Fernández Moyano


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