Para Emileidi
No encontrarás otro país ni otras playas
llevarás por doquier y a cuestas tu ciudad.
CONSTANTINO KAVAFIS
Por nítido que sea el horizonte,
en él hallarás sombras,
un canto de cigarra
alegrará tu rostro
como esa vez primera.
En todos los lugares
hay un dejá vu,
un estremecimiento
que te conducirá al desánimo.
Allá donde camines
encontrarás retazos
de una vida pasada,
quizás ese recuerdo
despierte una sonrisa
que ya creías muerta.
***
Para Almudena
Me hace vibrar un árbol
dentro de un cuadro,
dejando estelas de esperanza
en los labios, el ánimo florece:
busca un futuro hospitalario.
Desconozco si es primavera;
la luz brota mañana y tarde,
e inunda el horizonte
con blondas de ternura.
Nadie recuerda
aquellos días de verano
cuando los gestos
escondían el mar.
***
Qué dulce es el amanecer del día
último, se te adentra en el alma por
los ojos... manos,,, boca... parece que
soy yo la que amanezco, azul y nueva.
MARGA GIL ROËSSET
Tu futuro quedó enclaustrado
tras una verja
de sombras;
la pesadilla
te devuelve a la vida,
aquellas tardes de niñez;
la casa de muñecas,
con sabor a chocolate
en vajilla de juguete.
La realidad se impone
en jirones dorados
de una existencia anterior.
Lo sutil y la ruindad
se unen en una teoría que ignoras.
¿Eres fachada o lápida?
***
No te puedes evadir
de las fauces de un tiempo próximo,
solo arrodillarte y dar brillo
a las baldosas,
mientras en tu interior
vas borrando el agua,
lava derramada en el estanque.
***
Vislumbro,
desde mi soledad,
el oculto misterio
del vino...
Indiferente
a la miseria,
la opulencia se abre camino,
cómplice de una escena única:
el ángulo perfecto
de un mundo caótico
y absurdo.
Mientras tanto,
miro, contemplo y callo.
***
EPITAFIOS PARA UN MUNDO INCIERTO
I
Aquí se encuentra alguien
a quien la luz
sembró de dudas.
II
Aquí reposa alguien
que miró al sol
y se volvió cometa.
III
Aquí descansa
la esencia
de alguien
que a las estrellas
llamó salitre.
IV
Aquí yace la soledad
de alguien que derrotó
al basilisco.
Somos un átomo de polvo
en un caos perfecto.
***
El cometa sembró
de duda al horizonte
con el hálito de los días.
Deshizo de la greda
su esencia y la llamó
estrella.
Oyó el reclamo de la alondra
y se volvió semilla.
En alas de ternura
perfumó el cielo con su savia.
***
Ese camino
que todos recorremos,
conduce al callado abrazo
del silencioso mar,
huracán de los recuerdos.
La soledad
nos devuelve la paz,
en la calidez de los días
dormidos.
El alma de la hoguera,
transporta nuestra isla interior
al frío extinto de la noche.
***
No te preguntes
por qué la nieve no es azul,
la noche se confunde con el alba
en los días de incertidumbre,
cuando la claridad
somete a la rosada
al desamparo más infame.
Hay mañanas de niebla
que te conducen a la pérdida;
en los pasajes del ocaso
conoces soledades
que se adentran en lo perpétuo.
No hay caricia más triste
que la nocturna lámpara
cuando se oculta
en el vagón del desencuentro.
***
Te dejas conducir
por la costumbre,
la rutina de la delgada
presencia de las horas,
en el dorado eclipse de la luz
y su misterio.
Esa claridad inunda tu espíritu,
te deja absorto
en ese instante único
del tiempo no vivido,
y te deja emplazado
a otra noche sin luna,
en la callada calma de la aurora.
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