viernes, 22 de junio de 2012

Poema XCI



EL PERRO DE BASKERVILLE

Moriarty sabía que la noche es insomnio,
un vaivén de olas
en la espiral de los cerebros.

Sir Arthur envidiaba
la inteligencia de Sherlock
y la sabiduría de Watson:
desde la primera revelación
sintió esa punzada
horadando sus neuronas.

Acabó con ellos.

Moriarty se lo agradeció con una sonrisa
y aullando se perdió entre los árboles. 
 

2 comentarios:

MiLaGroS dijo...

Lo encuentro diferente a los escritos hasta ahora. un abrazo.

M. A. Velasco León dijo...

Me ha encantado este juego entre Moriarty y su credor.
Salud, Ricardo.