martes, 22 de marzo de 2011

Por qué escribo (II)

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Por Jesús Ruiz Mantilla (continuación)

ctor Abad Faciolince

Porque mi cerebro se comunica mejor con mis manos que con la lengua.Porque el papel es un filtro, una coraza, entre mis palabras y los ojos del otro. Porque me odio menos escribiendo que hablando. Porque mientras escribopuedo corregir, escoger una por una las palabras y nadie me interrumpe ni se desespera mientras las encuentro. Por un ameno vicio solitario.

John Banville

Escribo porque no sé escribir. Un periodista le preguntó una vez a GoreVidal por qué escribió Myra Breckinridge, a lo que contestó: 'Porque no estaba ahí'. Fue una buena respuesta. Poner algo nuevo en el mundo es un privilegio que no se le concede a mucha gente. Y además, la realidad no es real para mí hasta que no se haya pasado por el tamiz de las palabras. Por eso, supongo que escribo con el fin de imaginarme la realidad totalmente real. El arte crea la vida, dice Henry James, y así es.

Felipe Benítez Reyes
Si a alguien le preguntan por qué escribe, lo normal es que recurra auna frase más o menos ingeniosa, y casi todas las frases ingeniosas contienen un grado oscilante de falsedad, porque el ingenio suele implicar una ligera alteración del sentido en beneficio de la formulación misma. No sé por qué escribo, ni tampoco tengo demasiado interés en saberlo. En este caso, me preocupa más el cómo que el porqué. La pregunta me parece ociosa, de modo que cualquier respuesta posible no pasaría de ser una pirueta truculenta en el vacío. Aunque -quién sabe- a lo mejor escribe uno para eso: para obtener respuestas sin el requisito de una pregunta previa y, sobre todo, para ensayar piruetas truculentas en el vacío, que es un territorio literario bastante fértil.

John Boyne

Como la mayoría de los escritores, no escribo porque lo haya elegido;escribo porque tengo que hacerlo. Escribo porque estoy tratando de entenderme a mí mismo, mi vida, la razón por la que nací, la explicación de por qué moriré, y descubro que solo puedo hacerlo entrando en un universo habitado por personajes que nacen de mi imaginación. Escribo porque las historias entran en mi mente y me niego a irme hasta que no escribo 26 letras en el teclado y las envío a una pantalla ante mis ojos. Escribo por Charles Dickens. Y por George Orwell. Y John Irving. Y Colm Toibin. Escribo porque me encanta la sensación de tener un libro en mis manos y un libro en mi cabeza. Escribo porque me encantan las palabras. Escribo porque leo. Escribo porque siempre quiero saber qué ocurrirá a continuación.

José Manuel Caballero Bonald
Empecé a escribir porque quería parecerme a Espronceda. Ya lo he contado por ahí alguna vez. Un día encontré en mi casa familiar una biografía del poeta y quedé fascinado por alguien que murió con 33 años y había vivido las grandes aventuras: fundó una sociedad secreta, sufrió persecuciones y cárceles, anduvo exiliado en Lisboa y Londres, combatió en las barricadas de París, fue guardia de corps y diputado, vivió amores difíciles, luchó heroicamente contra el absolutismo, etcétera. Pues bien, como yo no podía emular a Espronceda en tantas y tan singulares hazañas, elegí lo que me resultaba más factible: ejercer de insumiso y escribir poesía. Luego, con los años, la afición por la lectura me fue activando una discontinua dedicación a la escritura. Y así hasta hoy.

Andrea Camilleri
Escribo porque siempre es mejor que descargar cajas en el mercado central.
Escribo porque no sé hacer otra cosa.
Escribo porque después puedo dedicar los libros a mis nietos.
Escribo porque así me acuerdo de todas las personas a las que tanto he querido.
Escribo porque me gusta contarme historias.
Escribo porque me gusta contar historias.
Escribo porque al final puedo tomarme mi cerveza.
Escribo para devolver algo de todo lo que he leído.

(Traducción de Carlos Gumpert)

Luisa Castro

La escritura para mí es una rendición. No soy una escritora con método; se me caen muchas cosas de las manos. Solo progresa la escritura que previamente se ha ido gestando dentro de mí, a veces contra mí. Escribo para conocer esos relatos, para descubrirlos. Me los cuento a mí misma. Me asombro, me indigno, me río, lloro y pataleo. No me siento dueña de mis relatos, tienen vida propia, son autónomos y más poderosos que yo. No me identifico con ellos, no comparto sus ideas, ni su visión del mundo. Se producen en mi cabeza sin mi permiso, y cuando los suelto es porque me han vencido. No hay otra razón.

Lucía Etxebarria

1. Para que me quieran más como Bryce Echenique.
2. Porque cada vez que alguien me dice " tus libros me han ayudado mucho, por favor sigue escribiendo", me da una razón para hacerlo.
3. Para entenderme a mí misma.
4. Porque disfruto mucho haciéndolo.
5. Porque al colocar a personajes en situaciones que simbólicamente pueden representar aspectos de mi vida, y conseguir que salgan airosos de ellas, de alguna forma me salvo a mí.
6. Para darles voz a personas cuyas historias nadie escuchaba
7. Porque es como enviar un mensaje en una botella: creo que quizá le llegue a alguien a quien
no conozco, pero que lo entenderá.
8. Porque siempre lo he hecho, porque es natural en mí, y porque es de las cosas que mejor hago, amén de dibujar, cocinar, hacer el amor y organizar fiestas.
9. Porque es una forma rentable y efectiva de exorcizar neurosis.
10. En parte, porque me pagan. Escribo por amor, publico por dinero. Por esa razón, no publico ni la mitad de lo que escribo.

Umberto Eco

Porque me gusta.

Ken Follet
Cuando me levanto por la mañana en lo primero que pienso es en escribir la próxima escena de mi libro. Es con lo que más disfruto. Es fantástico dedicarse a algo que uno sabe hacer bien. Disfruto escribiendo pero "disfrutar" es una palabra que se queda corta. El acto de escribir me apasiona. Envuelve todo mi intelecto, mis emociones y comprende lo que sé del mundo y de cómo funciona el ser humano. Todo forma parte del reto de hechizar a mis lectores. Mi trabajo me absorbe de forma total.

Carlos Fuentes
¿Por qué respiro?
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2 comentarios:

Marisa dijo...

La última respuesta
la más sentida.

Porque respiro.

Un abrazo

entrenomadas dijo...

Me gustan todas las respuestas, pero ese sentido del humor tan siciliano de Camilleri me ha hecho sonreír.

Un saludo,

Marta Navarro