PRESENTACIÓN DE CARMEN CARMINIS EN ZARAGOZA
La Bóveda del Albergue 30- 11- 2016
Ricardo Fernández Moyano sabe hacer visible la palabra porque persigue hacer
visible a la mujer. No quiere ser un ser humano que se queda a mitad de camino, por
eso se implica, por eso su homenaje para no gastar su voz contra los muros.
Un signo
para sumarse al canto. Que no haya mujeres que vivan
eternamente a la deriva.
A las puertas de diciembre, con lirios escondidos en el fondo de los
ramajes, respira noviembre en lo hondo del bosque, dónde el amor está agazapado,
dónde los días no pasan por pasar, si no que van construyendo senderos con el
lenguaje que dice la verdad.
A pesar de todo vivir
significa ser libre, tender a la libertad por encima incluso del valor.
Carmen-Carminis transita en
sus poemas por los distintos rostros de mujer, incluye a la mujer niña, a la niña
Carlota, a la mujer Artesana, Maga,
Humana, Inspiradora, Hechicera, a la mujer fecunda como el agua,a la que como dice Milena Agus, Dios había hecho
en un momento en que no tenía ganas de las mujeres normales, en serie, sino que
había tenido una inspiración poética y la había creado.
Y vio que no
era loca.
Carmen- Carminis que significa poema se parece a la vida.
Carmen- Carminis que significa poema se parece a la vida.
Tal vez sea precisamente
por como el mundo habita en las mujeres. Nos lo muestran sus versos.
El autor, caminando junto
a las mujeres de su vida, fascinado por su fortaleza, hombro con hombro, paso
tras paso, se convierte en compañero.
Y así recorrió cuantos caminos hubo que
andar de largas lejanías.
Y
asi vió practicar el desconsuelo con elegante educación.
Hay una grieta en todo: es por donde entra la luz. en palabras
de Leonard Cohen. Y en esa pequeña rendija se sustenta el verso de Ricardo: Has aprendido a vivir entre la luz de los
escombros.
No hay abismo más aterrador que el que
llama dentro. Ríe en voz alta y llora fuerte. Toda la sangre se celebra en lo
que arde. Esa secreta
hoguera
Y cuando en la noche la
voz golpea en la memoria, recrea un vendaval tan viejo y, quizás ya, tan ajeno
donde brotan vidrios rotos.
Pero todas las noches no
son oscuras.
En el aire habitan los
silencios cifrados como seda silente, sólo hay que cambiar las manos frías de la noche por la tibia
ternura de una caricia.
Estas elecciones que el
poeta realiza, llevado por la certeza de que en poesía, todo significa, son una
manera poderosa de extender el significado del poema.
El continente también es
contenido y se bifurca en el terreno del vivir, que peregrina por distintos caminos,
y en el discurrir de la palabra.
Aquí los tenemos, sus
formas dialogan.
Vivir la
vida que nunca elige y saber en palabras de Murakami que nuestras vidas
no son cortadas, simplemente, en "oscuro" y "luminoso".
Hay una zona intermedia que se llama "Claroscuro". Para distinguir
los matices -y entenderlos- se necesita
mucho tiempo y esfuerzo.
No ir por donde
guía el camino. Andar en su soberanía. Ser
oveja oscura. Por elección. Y decirlo. Darse el permiso del amor a sí.
Tender hacia donde no hay línea
establecida y dejar huella. La señal, la bendecida, ella, la que camina a la
par que el corazón.
Aunque siempre fue
complicado ser mujer, afirma el
autor que, detrás de cada persona, hay un enigma para el que tal vez bastara
una llamada, un mar de ternura o alguien dispuesto a leer lo que la vida le escribió en la espalda.
Alejarse de esa Ecuación indescifrable con
sabor metálico a desprecio y de la presencia por costumbre, probablemente nos
condujera a una tarde de abril entre rescoldos de amor y podríamos al fin,
recuperar, después de la ceguera, la desnudez y los abrazos.
Emerger. Llegar. Nacer. Encarnarse
Gritar. Gritar. Gritar.
Repetir la profundidad tibia de las noches azules en el vientre.
Y desbordarse el mundo en lágrimas de
vida.
Territorio en el que florecer irremediablemente, renacer
tras el tiempo de olvido, celebrar el milagro de Nuevos Mundos para un alba rota.
¿Qué pasará al seguir el
aroma a infinito del poema?
¿Nos hará volver a lo
esencial? ¿A lo que reivindica Ricardo para ellas? Las gracias en los ojos
agrandados de nuestro género.
Ahora es el momento. Igual que ayer, hoy busco -lo dijo Juan Ramón- una
verdad aún sin realidad.
Destaparse el reto en el
ritmo del poema es el deseo, que aspira a ser universal.
Y este es el anhelo de
Ricardo.
Sabemos más por lo que
falta y resuena. La poesía, arroja luz marcando el camino.
Profundizar en este libro es como abrir la puerta y que la rosa se convierta en hábito.
Y que la palabra igualdad entre en la casa.
Mar Blanco
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