lunes, 9 de mayo de 2011

Poema LXIII

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MURO DE AUSENCIA

ESTE muro que separa nuestras vidas
no es adobe, ni arena, ni cal,
sino seda
callada,
¡cómo duele esta ausencia!
Un tiempo las sombras
despertaron con el alba,
ya no quedan cicatrices
en la piel de los ocasos.
Ayer moría por verte,
hoy muero sin tu mirada,
la luna se ha vuelto gris
sin antorchas del incendio.
Nos separa un muro liviano
de silencios y palabras,
la noche es cada vez más negra,
sin tu voz, sin tu delirio.
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5 comentarios:

Anónimo dijo...

Los muros hay que derribarlos todos! Estén hechos de lo que estén. Da igual cemento o silencios. Tiralo abajo!
Pasaba por aquí porque he visto que eras seguidor de El desvan del poeta. En mi blog le he querido hacer un humilde homenaje y me gustaría que le dejases unas palabras allí.
Muchisimas gracias y me quedo por aquí pues me gusta como escribes!

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Hola Ricardo, un muro de seda es facil derribarlo,si el silencio, sigue con él, acercate y en silencio mírala con ojos de amante y puede que se rasgue esa seda .
Con ternura
Sor.Cecilia

Merche dijo...

pocos muros tan desoladores como el de la soledad compartida.

Un saludo.

Unknown dijo...

"Seda callada". Esta metáfora del dolor me ha parecido muy hermosa, por el tremendo contraste en que basa todo su poder. Recuerdo -hace muchos años ya- haber utilizado una metáfora similar -"cuchillos de seda"...Y sí, yo también espero conocerte a través del Facebook...

Un fuerte abrazo.
Carlos
http://edicioneseltorodebarro.blogspot.com
http://cartasenlanoche.blogspot.com

Flor de la edad dijo...

Bellisimo su blog, Ricardo, ha sido un gusto leerle.
Un abrazo de poetas, desde Cuba.

Maria del Mar
www.flordelasedades.blogspot.com