viernes, 13 de mayo de 2022

UN VERANO CARGADO DE POESÍA


La primera semana de julio tuve el privilegio de asistir en Barbastro (Huesca) a un curso de verano de la UNED sobre La poesía española de posguerra con la participación de eminentes poetas como Jesús Munárriz, Jorge Riechmann, Alfredo Saldaña o Antonio Méndez y entre los compañeros, Pilar Peris, reciente premio Isabel de Portugal.


Se partió de dos libros: Hijos de la ira de Dámaso Alonso y Sombras del Paraíso de Vicente Aleixandre; ambos significaron una revolución ya que su aparición supuso una ruptura con el pasado y abrieron nuevos horizontes en el universo de la poesía española, el más importante de ellos la llamada poesía social de la que fueron precedentes Carlos Edmundo de Ory y Miguel Labordeta. De esta corriente estudiamos la poesía de Caballero Bonald y Claudio Rodríguez. Caso aparte fue José Ángel Valente analizado en profundidad por Alfredo Saldaña. Se pasó de puntillas sobre Los Novísimos, aunque Jesús Munárriz dio una interesante charla sobre la situación sociopolítica y literaria en la España de los 60. A continuación se realizó un análisis exhaustivo de la llamada poesía de la experiencia o de las nuevas sentimentalidades para finalizar con las exposiciones del poeta Antonio Méndez y el crítico Virgilio Tortosa que cada uno por su lado llegaron a la misma conclusión: esta última corriente ha sido ya superada tanto en su vertiente levantina (Carlos Marzal, Vicente Gallego y Pablo García Casado) como en la andaluza (Luís García Montero) dando paso a una nueva andadura, la llamada poesía del compromiso o poesía de la conciencia que busca no tanto emocionar sino conmocionar.


Supone una vuelta a la poesía social, pero no ya sólo como denuncia sino buscando una actitud que lleve a la acción ante los retos sociopolíticos del mundo actual: inmigración, terrorismo internacional, cambio climático, guerras, violencia doméstica etc. Por vez primera, aparece de manera constante en la poesía española una referencia explícita a la Guerra Civil Española. Son jóvenes poetas, cuyos progenitores no vivieron la contienda, que se preguntan por las causas de tan sangrienta lucha fratricida y tratan de ahondar en sus consecuencias. Se trata de una poesía que busca soluciones al conflicto desde el compromiso social y la toma de conciencia ante estas situaciones insostenibles. Todo ello se vería reflejado en la Antología Once poetas críticos en la poesía española reciente recopilación de Enrique Falcón. En definitiva, un curso bien planteado, denso e intensivo que sin duda dejó una profunda huella en los asistentes.


Otra experiencia, esta ya más personal, ha sido la que viví la última semana del mismo mes en La Casa del Poeta de Trasmoz (Zaragoza) donde realicé un trabajo sobre los poetas suicidas bajo el título Poetas suicidas: Sensibilidad o Supervivencia. Asimismo participé en los actos preliminares al VII Festival de Poesía del Moncayo, dedicado este año a Antonio Machado como fueron un bookcrossing con la suelta de 2.000 ejemplares de la editorial de poesía Olifante, un recital de poemas de Antonio Machado y la escenificación de La Tierra de Alvargonzález en romance de ciego entre otros. Residir en La Casa del Poeta ha sido una experiencia ilusionante, rodeado de libros y silencio a los pies del Moncayo y junto al castillo, testigo de innumerables leyendas como la de la Tía Casca que Bécquer recogiera en su Carta VI de Cartas desde mi celda escrito en el cercano Monasterio de Veruela y luego conocer de la mano de Trinidad Ruiz Marcellán, editora de Olifante, a Luigi Maráez, artista polifacético: pintor, poeta, cantante y escultor, autor del diseño del monumento a Bécquer que se va a levantar junto al castillo; a su mujer, la artista turca Âlime Hüme, extraordinaria cantante con la que también forma pareja artística. Asimismo tuve el placer de conocer a dos grandes escritores aragoneses Miguel Ángel Longás y Miguel Mena, y reencontrarme con mi querido Ángel Guinda en el último acto de estas jornadas previas al Festival de Poesía, donde pudimos escuchar un fragmento de La Divina Comedia, primero en italiano y luego en castellano, poemas del propio Ángel y las deliciosas canciones de Luigi y Âlime, preludio del Festival que se desarrolló los días 31 de agosto y 1 de septiembre en distintos pueblos de la zona del Moncayo que como cada año tuvo un gran éxito.


Por último, el 17 de septiembre se presentó en Madrid el libro de haikus Paseo por el Parque del que soy co-autor junto a Félix Alcántara, Montse Grao y Lola Romero. El acto contó con una excelente presentación a cargo de Pepe Cereijo y la asistencia de poetas y escritores como Ana Rossetti, Ángel Guinda, Ángel Petisme, José Luís de la Vega o Ramón Alcaraz, entre otros. Se realizó en “El bandido doblemente armado”, café-librería propiedad de Soledad Puértolas y su hijo Diego Pita, de obligada parada en el recorrido cultural de la capital, donde se suelen realizar tanto presentaciones de libros como otros actos culturales. El libro despertó un gran interés por parte de los asistentes cuya presentación finalizó la con la proyección de un powerpoint con fotos y haikus del libro.


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