domingo, 25 de octubre de 2009

Poema XXXIV

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CON EL PASO DE LOS AÑOS

Cuando, con el paso de los años,
vas poniendo cara a la muerte,
te sientes más cauto y más sabio.
Te despojas con calma de lo superfluo
y vives cada minuto con la intensidad
del que se sabe prescindible.
Las horas pasan en el reloj más rápidas
y la noche te invita a vivir despierto
con alas sedientas de vampiro.
Ya no te abruma el futuro
ni el ayer es un recuerdo imborrable,
que golpea con saña tu frente.
Cuando, con el paso de los años,
se apoderan las canas de tu sienes,
sientes que la vida es corta y apremia.
Te atraviesan los pasos del silencio
cada vez más graves, más rápidos
con arcilla en tus pies de náufrago.
Ya no desesperas si pierdes el tren,
y esperas al siguiente con los ojos
metidos en un libro o en los de tu amada.
Ahora que sabes la vida más corta,
encuentras la rabia necesaria
para soportar el peso del miedo,
el dolor, la angustia, la esperanza.
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jueves, 22 de octubre de 2009

En Veruela

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Con Marian Raméntol y Milagros Morales en el VIII Festival de Poesía del Moncayo


PARA VIVIR


No sé por qué ni para qué escribo,

¿qué me atrae desde el fondo del poema?

Una palabra suelta en el aire,

una voz o un rumor me llevan

al silencioso campo de mis versos.

La pluma se desliza ávida de imágenes

que puedan atrapar ese momento,

pero no siempre llega la luz.

Sólo a veces con timidez, entre brumas,

aparece la incógnita

que ilumina la noche y me despierta.

No sé vivir sin la palabra,

y morir en su silencio.


Del libro inédito Rituales de identidad

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lunes, 19 de octubre de 2009

Presentación de La voz en la memoria en Zaragoza II

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EPITAFIO


He llegado hasta aquí,

con las manos abiertas

el corazón sembrado de gozo,

y los ojos cerrados para verte.

La música me devuelve la paz,

en un gesto de amor que me consuela

y en tus brazos encuentro la ternura

que busqué por caminos,

en los tristes senderos

de la ciénaga

donde tropiezan mis pies.

He venido hasta ti

para pedirte entereza,

voluntad para amar

lo que nadie quiere.

Amar con toda tu fuerza,

esperanza y vigor,

que no desfallezca ante la muerte.

He venido a verte hoy

y te he encontrado

con la sonrisa en la puerta

y un corazón abierto entre tus manos.


De La voz en la memoria





sábado, 17 de octubre de 2009

Poema XXXIII

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CÓMPLICE DE AUSENCIAS

La certeza de la muerte
acecha siempre desde su abismo,
el muro inaudible de las sombras.
Es terrible esa sensación de angustia,
la gélida atmósfera, amenazadora, febril,
que hace la huida implacable y eterna.
El tiempo todo lo arrasa, su cruel fiereza
invade el mundo con silencios
y hace a la noche cómplice de ausencias.

De La voz en la memoria
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lunes, 12 de octubre de 2009

Presentación de La voz en la memoria en Zaragoza

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El jueves 15 de octubre a las 20 h. en el salón de actos del FNAC, la Asociación Literaria Rey Fernando de Aragón realiza la presentación en Zaragoza de mi poemario La voz en la memoria. Lo presentará Alfredo Saldaña y leerán poemas Amalia Soro, Carmen Aliaga, David Ubico y Luis Trébol, al final tomaremos un pequeño refrigerio.

Gracias por vuestra asistencia.

LUZ EN LAS SOMBRAS

Su inesperada ausencia

dejó al mundo huérfano

de su voz,

pero no de su fuerza.

Permanecerá fresca

como un torrente de ternura

que alentara nuestras huellas.

Y cuando la vida nos pida

reconciliar el alma y su destino,

invadirá alegre los corazones

un relámpago de primavera.



jueves, 8 de octubre de 2009

Herta Müller Premio Nobel de Literatura

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La alemana Herta Müller logra el Premio Nobel de Literatura

* Encarna el destino de las minorías alemanas en los países del centro de Europa
* En su obra destaca su agudeza para percibir detalles y sentimientos cotidianos

La novelista, poetisa y ensayista rumano-alemana Herta Müller es la ganadora del Premio Nobel de Literatura 2009. El premio está dotado con 10 millones de coronas suecas (980.000 euros) y, como el resto de galardones Nobel, se entrega el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de su fundador, Alfred Nobel.

Para la Academia Sueca, Herta Müller "con la concentración de la poesía y la franqueza de la prosa, describe el paisaje de los desposeídos". Lo cierto es que su obra encarna en buena parte el destino de las minorías alemana en los países del centro de Europa que, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, en muchas ocasiones tuvieron que pagar por partida doble las culpas del nacionalsocialismo.

Müller, entrevistada por la agencia Dpa la víspera del anuncio sobre la posibilidad de ser la ganadora, no creía hasta que sería premiada con el máximo galardón de las letras. "No creo, siempre se lo menciona a uno, pero este año no lo harán", dijo la escritora.

"¿Qué diría yo sobre el Premio Nobel? Que me alegro, está claro. Naturalmente que estaría también feliz. Pero no soy una estrella y no me gusta que me obliguen a estar en el tapete. Sigo haciendo mi trabajo como siempre, sin estridencias".

"Nunca me ocupé de las listas de favoritos o de cuántas veces ha sido mencionado Philip Roth. Yo hago mi trabajo. Naturalmente que no me opongo a la distinción, pero no estoy desesperada por recibirla. Pasé tantos nervios en el pasado que ya estoy curtida".

La escritora, que vive en Berlín desde 1987, nació en Nytzkydorf (Rumanía) en 1953 y en una familia de la minoría alemana en ese país (a la que pertenecieron otros escritores emblemáticos alemanes como Paul Celan u Oskar Pastior) y desde muy pronto trató de tender puentes entre las dos culturas a las que pertenecía.

Herta Müller estudio Filología Germánica y Filología Rumana simultáneamente, tratando de profundizar los conocimientos de las dos literaturas a las que sentía que pertenecía. Con la Rumanía oficial, regida por el dictador Nicolai Ceacescu, entró en conflicto muy pronto al ser despedida de su primer trabajo, como traductora en una fábrica de máquinas, por negarse a colaborar con la Securitate, el servicio secreto de la Rumanía comunista.
Censura en Rumanía, éxito en Alemania

Su primer libro, 'Niederungen' ('En tierras bajas', Siruela), también fue motivo de controversia. El manuscrito reposó durante cuatro años en la editorial antes de que finalmente pudiese publicarse, en 1982, con recortes impuestos por la censura rumana. Dos años después, la versión original del libro apareció en Alemania, ante lo que las autoridades rumanas reaccionaron imponiéndole la prohibición de publicar. En Alemania, en cambio, le valió un reconocimiento literario inmediato y la novela recibió el premio Aspekte, al mejor debut en lengua alemana del año.

En 1987 la escritora logró abandonar su país y se instaló en Berlín, donde vive y trabaja desde entonces. La Rumanía de Ceacescu y el destino de la minoría alemana allí, es el tema de buena parte de sus obras. En 'Der Mensch ist ein groses Fasan auf der Welt' ('El ser humano es un gran faisán en el mundo') aborda el destino de una familia alemana que espera con ansiedad la autorización para abandonar Rumanía.

En su última novela, 'Atemschaukel', cuenta la historia de un chico de 17 años que después de la Segunda Guerra Mundial es llevado por los rusos para ayudar en un campo de trabajo a la reconstrucción de la Unión Soviética. Los rusos consideraban que con ello los alemanes pagaban sus culpas como cómplices de Hitler, sin importarles que algunos de ellos hubieran sido también víctimas del nazismo.

'Atemschaukel' es el intento de Herta Müller por desentrañar lo que se escondía detrás del silencio de su madre, y de otros muchos rumanos-alemanes de su generación, que no se atrevían a hablar nunca del tiempo que habían pasado en campos de trabajo soviéticos.
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lunes, 5 de octubre de 2009

Presentación de Poetas suicidas en Zaragoza II

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Amalia Soro, Carmen Aliaga, Asunción Mínguez, Luis Trébol, Antón Castro, Ricardo Fernández y Trinidad Ruiz Marcellán al final del acto de presentación del libro Poetas suicidas: sensibilidad o supervivencia.

Quiero agradecer la asistencia y el interés despertado por el libro, así como el excelente powepoint de Chema Sanz que acompañó al acto.

Os dejo con un poema de la poeta brasileña Ana Cristina César que se arrojó al vacio desde el septimo piso de su casa en Río de Janeiro en 1983.

Ahora seré atleta, atleta atónita, de las que saltan

obstáculos pero piensan insidiosamente en la respiración,

desmintiendo lo que muere en cada aliento.

Lo que muere.

Estoy muriendo, dice ella despacio,

los ojos fijos hacia arriba. Mírame,

le he ordenado. No te vayas así.

Mi vida se cerró dos veces

antes de cerrarse. Lo sé,

aquella planta

crece de un modo tortuoso.

Hay retornos, ella ha respondido.

Los almendros caen en el lago.