lunes, 23 de septiembre de 2019

Presentación de Brotes en Valladolid





El miércoles 25 se presenta mi libro Brotes en Valladolid de la mano del poeta Fran Soto y sus poetas PerVersos. Será en Desierto Rojo  a las 20,30 h. Después habrá micro abierto para todos aquellos poetas locales que quieran participar.

Homenaje en Minaya







El 10 de agosto, se celebró en su IV edición el Recital Raíces de Minaya, en el que hicieron un homenaje a mi poesía. Estuve acompañado por dos grandes amigos poetas, Juan Antonio Peinado y Frutos Soriano. El alcalde de mi pueblo natal, nos hizo entrega de un plato de cerámica con el escudo local, como recuerdo de este entrañable acto. Así mismo, hice entrega a los asistentes de un marcapáginas con un poema escrito para la ocasión.

El sabor de lo añejo

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EL SABOR DE LO AÑEJO

Encontramos en la poesía de Juan Antonio Peinado un gusto por las formas clásicas, la rima y la métrica perfectas; podemos destacar entre sus poemas, sonetos exquisitos inspirados en los grandes maestros del Siglo de Oro. Ha bebido, sobre todo, de las fuentes del poeta cubano José Ángel Buesa, al que considera su maestro y del andaluz Manuel Benítez Carrasco, autor del poema: El perro cojo. De su poesía llama la atención la profundidad del sentimiento, que unido a ese sabor de lo añejo, da a sus versos un tono de otro tiempo.

Hay mucha verdad en los poemas de Juan Antonio y capacidad creativa para expresar con exquisita crudeza la vida que le ha tocado saborear, ya sea con placer o dolor, en el fondo, sin duda, hay mucho amor; un amor que nace en un rincón escondido de su entraña, de ahí esa emoción que hace temblar los cimientos de quien lee o escucha sus versos, no en vano, el poeta sabe, como nadie, declamarlos y transmitir la conjunción entre melancolía y anhelos irrealizables, propia de figuras de la talla de John Keats y Heinrich Heine.

Con un lenguaje sincero, sencillo, sin artificio, pero lleno de una gran intensidad, Juan Antonio Peinado llega directo al corazón de sus lectores: “Triste lágrima de mujer / nunca adornaste las mejillas, / y en este viaje por nacer / vas cortando como cuchillas. (...)”

Son poemas cargados de romanticismo, un romanticismo vital, intimista, que nos empuja con llaneza a “un amor de otro tiempo”. Aparece la ternura, el desamor, la pérdida del ser querido: “(…) Pero te fuiste a tu cielo, / tranquila y entre el aliño / de dejarnos el consuelo / de envolverte con cariño. (...)”

Es Juan Antonio, un hombre afable, amigo de sus amigos, sin doblez alguna, siempre dispuesto a echar una mano, es, recordando a Machado: “En el buen sentido de la palabra, bueno” y en este libro nos deja “su equipaje”, una mochila llena de recuerdos, amor, anhelos y sueños que van poco a poco llenando sus páginas de unos versos sentidos  y cuajados de vida. En el poema que abre el libro, bajo el mismo título, hace como un autorretrato donde nos deja su imagen ante el espejo: “Mi equipaje, / es un blanco estandarte lleno de paz, / que ondea en mi camino y habla de libertad, / que se rodea de gente, pero vive en soledad.”

RICARDO FERNÁNDEZ MOYANO

Poemas en Sintagme Literare


La Revista Literaria Sintagme Literare de Rumanía publica estos cuatro poemas míos traducidos por la poeta y traductora rumana Elisabeta Botan en su número de agosto.



Escribiré un poema
sobre tu piel
cuando mi pluma sepa recoger
en un instante        
el tacto de la noche
y el misterio
que palpita en tu almohada.

***
Agazapado
tras el cristal que nunca miente
espera el tránsito de la lluvia,
que la luna le vuelva
al calor de las horas mágicas.
Ya no puede ocultar
la fragilidad de los años,
el peso de los días hueros.
Descorrió la cortina del desánimo
y se abrazó a la piel
que acompaña sus noches,
único salvavidas.

***

Mi frente es un volcán
a punto de rugir,
un géiser digerido
en urna de vacío.
Cuando reviente,
una senda de lava
caerá por la mejilla,
como si fuera lágrima.
Quedará en el papel
un poema sublime.
Un cuerpo abandonado
en la arena de alguna playa.

***


Nadar contra corriente
fue su manera de supervivencia.
En los estigmas de la iguana,
halló razones para el trance
y paso a paso fue muriendo,
con hálito extranjero,
en cada despedida.