lunes, 30 de mayo de 2022

LA VOZ EN LA MEMORIA en Madrid


Presentación del libro LA VOZ EN LA MEMORIA en  Madrid 

Madrid. Casa de Castilla La Mancha. 16 Febrero 2010

Me alegra enormemente regresar a esta casa.

Son muchos los poetas manchegos queridos y admirados por mí: desde Angel Crespo (con cuya viuda, Pilar Gómez Bedate, conservo una amistad entrañable) hasta Francisco Caro, pasando por Miguel Ángel Curiel, Amador Palacios, Francisco Gómez Porro, o Pedro Antonio González Moreno...)

Así que te agradezco, Ricardo, tu invitación a presentar aquí tu libro La voz en la memoria.

(Lectura del poema "Espejismos" (pág. 19)

*

Conocí personalmente a Ricardo Fernández Moyano en Zaragoza, hace catorce años, en algún acto cultural, en la presentación de algún libro.

Nos escribíamos cartas. Me telefoneaba. Preparábamos nuestro acercamiento.

Una mañana de invierno quedamos a desayunar en la Cafetería Tena, en la Plaza de San Francisco, junto a la Ciudad Universitaria.

Me encantó su sencillez, su naturalidad, su inquebrantable calidad humana.

Hablaba con pausada avidez de su trabajo como educador de discapacitados psíquicos, de su familia, de la cultura zaragozana, de la vida.

Hablaba también, con desbordado entusiasmo, de poesía.

Desde el primer momento me conmovió su voluntad de ser, de ser poeta.

Con el paso del tiempo nuestra amistad creció, una amistad que no depende de la frecuencia de los encuentros sino de la intensidad de los mismos.

He tenido la suerte de conocer su trayectoria literaria desde sus primeros pasos (Tras la huella del tiempo, 1996; Transparencias, 2002).

Y he celebrado su progresivo asentamiento literario como poeta, narrador, estudioso, antólogo y activista cultural.

Lo primero que llama la atención en este libro es su título: La voz en la memoria, y no La voz de la memoria.

En sus poemas no habla la memoria. Es otra voz la que resuena en su lugar, en su facultad evocadora, a través del recuerdo de lo que ya se ha marchado, de quienes, presentes aún o definitivamente ausentes, ya no están junto a su autor, junto a nosotros.

Aquí nuestro poeta hace de notario transcriptor de aquellos pensamientos y sensaciones de desasosiego, nostalgia y tristeza que experimenta debido al sentimiento de pérdida.

La voz en la memoria es un libro elegíaco que nos lleva a revivir esa cita del poeta francés Sully Prudhomme que dice: "La poesía es un dolor".

Libro que reclama una lectura lenta y reconcentrada porque sus poemas, aunque breves y de una admirable transparencia, son, a la vez, densos e intensos, cargados de hondura y gravedad.

Libro que podemos adscribir a la poesía de la meditación, de la reflexión existencial dentro de una línea didáctica y moralizante.

Mas no estamos ante un dolor claudicante o derrotista sino cargado de esperanza.

Un dolor capaz de revelarnos alguno de los más importantes tópicos clásicos: como el tempus fugit, en estos versos del poema "Futuro imperfecto":

que el peso de los días no aplaste

la duda, ni tu efímero mañana

o cuando en el texto "Supervivencia" nos recomienda:

vivir contra el látigo del tiempo

sentimiento intensificado mediante la siguiente alusión al Carpe diem:

en el sufrimiento, como en la ternura,

saborea el perfume de la vida

En estos tiempos de postmodernidad en que la joven poesía se queda en lo anecdótico de la experiencia, yo celebro libros como éste que apuesta por la trascendencia del caso humano y contra el empobrecimiento del lenguaje poético mediante recursos de realce expresivo como la paradoja, la metáfora, el símil o comparación, la hipérbole o exageración.

Terminaré con las palabras que escribí para la contraportada de esta cuidada edición :

"Ricardo Fernández Moyano nos entrega con La voz en la memoria su mejor libro de poemas publicado hasta hoy. En él se manifiesta, con palabras de música y belleza, la inquietante aproximación entre la vida y la muerte mediante el puente que es el transcurso del tiempo.

El peso (pero también el poso y el paso arrollador) de la ausencia.

Estoicismo rebelde y hedonismo senequista caracterizan la atmósfera de su contenido, con la complicidad intensificante de una actitud vitalista como resistencia al dolor.
Tener presente "el placer de estar vivo" nos recompensa de toda adversidad.

Claridad de forma e intensidad en el tratamiento de los temas hace que la lectura de este magnífico conjunto de poemas resulte amable, gratificante y fértil".

Á. Guinda

La voz en la memoria en Albacete



Albacete (Biblioteca Pública, 24 de noviembre de 2009)


"Hay muertes que te acercan a la muerte", dice uno de los versos del libro, un verso que yo creo que sintetiza la verdad que contiene La voz en la memoria.

A muchos poetas nos sucede que los poemas surgen a partir de una anécdota, es decir de una experiencia que hemos vivido, o que ha vivido una persona cercana, de tal modo que la entrañamos y la sentimos como si nos hubiera ocurrido a nosotros mismos. A veces esa anécdota, aunque la llamemos así, anécdota, es un hecho terrible, la más terrible de las posibilidades, la muerte de una persona querida.

Aunque Ricardo Fernández Moyano hace muchos años que vive en Zaragoza, hemos pasado épocas en las que ha estado muy cerca. Una de ellas fue precisamente el tiempo en que murió su madre. Compartimos su dolor en aquellos momentos y sabíamos que, como poeta que es, tenía la posibilidad de acogerse a lo que la poesía tiene de consuelo, de desahogo.

La poesía es una disciplina esquiva y caprichosa. A veces dice que no y no hay manera de sacarle el jugo a eso que llamamos anécdota y que en este caso es el hecho terrible del que hablábamos. Por fortuna, a Ricardo le funcionó la inspiración y fue capaz de ir sacando en versos las hebras del dolor que lo embargaba. No sólo el dolor por la pérdida de su madre. También los pensamientos que acompañan a esos tiempos tenebrosos del desconsuelo.

Esa es la anécdota, la terrible anécdota, que sirve de punto de partida al libro que hoy tenemos entre manos, La voz en la memoria. Los poemas se fueron amontonando hasta que había suficientes, conectados por ese hilo conductor, como para reunirlos en un libro. Quizá haya algunos añadidos, algunos en los que Ricardo ha encontrado concomitancias, pero creo que el impulso generador de la mayoría es esa necesidad de devolver a la vida, devolver el sentido, aunque sea el estético, a la terrible experiencia de la muerte de su madre.

Por supuesto que también es un canto a la vida. No es posible lo uno sin lo otro. El poeta escribe para aferrarse a la vida. La muerte de la madre y la angustia del miedo al vacío están omnipresentes, pero no sólo se canta a la vida por medio de la felicidad. También el esfuerzo por encontrar una explicación o por asomar la cabeza a la superficie de la belleza para volver a tomar aire son cantos a la vida. También la supervivencia es un canto a la vida y merece celebrarse.

Hay momentos, en medio del dolor, en los que Ricardo Fernández Moyano se ha dejado volar para la celebración. Siempre son versos inconscientes, imprescindibles para que nos toque el aleteo de la sensibilidad. Me estoy refiriendo a perlas como "el sabor a derrota de la soledad". Donde uno está solo porque ha perdido en la disputa de la vida y rumia el sabor de la soledad, que nos llena el paladar de derrota.

O imágenes como esta: "huracanes de olvido", que une la barahúnda de la tormenta con el silencio de la desmemoria. Todo queda arrasado, no recordamos por qué, pero no hay nada que se salve del marasmo. "Huracanes de olvido".

Y en el mismo poema encontramos que "la luna es un pájaro azul / que se resiste a morir". Imágenes que evocan, por lo menos a mí, la voz de Marlene Dietrich cantando ronca en el fondo de un tugurio tenebroso. Una voz que está muy cerca del cisne cuando se prepara para la muerte, pero que no es la muerte todavía. Es la tristeza, el blue de los anglosajones, reflejándose en un agua nocturna con reflejos azulados. "la luna es un pájaro azul / que se resiste a morir".

En otro poema, casi como en un tango manchego, el poeta nos dice: "deja en las sienes el tiempo / el agridulce dolor de la escarcha". Un dolor que no es sólo dolor, que contiene dulzura. Un dolor sobre la frente marchita que platearon las nieves del tiempo. Seguro que el inconsciente de Ricardo tenía a Gardel muy presente cuando dejó volar estas palabras, pero con acierto trocó la nieve por la escarcha, una blancura más nuestra, y más fría aún que la nieve.

"En el abismo del desánimo". Aquí nos menciona el valle más profundo y más oscuro de nuestra energía. O "Pétalos de plomo", que también nos condenan a caer sin fuerzas para superar el peso que nos impide levantarnos.

Y qué me dicen de estos versos: "insolentes crines de espuma / en la serena calma de una playa". Ahí está la fuerza que personaliza a las olas y las dota de la insolencia de los rebeldes y de la plasticidad gallarda de los caballos. Como la capacidad de asociación es gratuita, a mí me conectan directamente estos versos, a través de las lecturas, con aquellos de Alberti: "a galopar, a galopar, hasta enterrarnos en el mar".

Eso sí, desde la serena calma de una playa, buscando siempre el contraste entre el furor incontrolable de la muerte y la necesidad de controlar el ánimo.

Podríamos seguir toda la noche encontrando estas conexiones con la gran poesía de todos los tiempos: "En el hueco perfecto de la noche intentamos respirar otras vidas". O en otro momento, "la mente vuela con alas de vampiro o pájaro / por oscuros desvanes".

Podríamos seguir toda la noche, ya digo. Pero es mejor que escuchemos los poemas, y encontremos nuestras propias asociaciones.

La plenitud de estos retazos nos demuestra que la terrible anécdota obligó a Ricardo a sacar afuera toda la oscuridad que anegaba su dolor, para convertirla en luz, en poema. "Hay muertes que te acercan a la muerte", dice el verso que citábamos al principio. Pero también hay poemas que te aferran a la vida. Por ejemplo estos que sujetan a Ricardo Fernández y que conforman el libro La voz en la memoria.

Arturo Tendero

lunes, 16 de mayo de 2022

Prólogo para el libro Desde el Corazón de MURCIA VI del Foro Poético del Real Casino

Murcia es la ciudad amiga, me acogió en mis años de juventud, años de estudiante, en ella disfruté de mis primeros pasos de libertad, testigo de mis primeros amores y mi despertar poético. Mis años de veraneo en La Manga del Mar Menor junto a mi familia, consolidaron, de alguna manera, mi pasión por Murcia y su provincia. Volver de nuevo a ella, de mano de la poesía, no puede ser más gratificante, más aún habiendo encontrado en el poeta murciano Eloy Sánchez Rosillo, en su poesía luminosa, elegante y transparente, el camino hacia mi auténtica voz poética. Ahora regreso, después de tantos años, de la mano de Hipólito Romero y su Foro Poético del Real Casino, lugar emblemático que respira arte por todos sus poros y que ampara a quien a él llega, con un abrazo amigo y fraternal. Decía Gabriel Celaya, que la poesía es un arma cargada de futuro, y así es sin duda, la palabra poética une los corazones de los que se abren a ella y los lanza a una misión transformadora en pro de una sociedad mejor, de un mundo mejor con el que todos soñamos, una utopía que nos empuja a ser mejores cada día en aras de una convivencia más justa y más humana. Expresamos mediante la poesía nuestros sentimientos y emociones con palabras como solidaridad, serenidad o paz, que van indefectiblemente unidas al sentir poético. La poesía nos ayuda a ver las cosas con los ojos de otros. Ricardo Fernández Moyano

MANUELITA ENCUENTRA A DULCE MANDIOCA

Al hilo del poemario Dulce Mandioca para buscar a Manuelita, poetisa mochilera de Maribel Proietti Si la mujer es la protagonista de este libro, en la figura de Manuelita, guerrillera ecuatoriana, amante de Simón Bolívar, no es menos cierto que, a través de estos bellos versos, se va desgranando la figura de la mujer que lo escribe, la poeta venezolana Dulce Mandioca, pseudónimo de Maribel Proietti. Pero no son éstos un conjunto de poemas de amor, más o menos pasionales, van mucho más allá, pues en ellos se nos revela el rostro, el alma, los sentimientos, el cuerpo y la valentía de la mujer que fue Manuelita, pero que a la vez nos deja entrever todos esos aspectos de la personalidad de su autora, una mujer valiente, luchadora, a veces dulce, a veces dura y firme en sus convicciones. En este libro hay amor, claro, pero también angustia, ternura, liberación, deseo, pasión y una verdadera revolución a la hora de cantar y contar la sexualidad de la mujer, el sentir erótico de una mujer que vivió en el cuerpo de Manuelita Sáenz, pero también en el alma de Maribel Proietti, la poeta autora de estos versos, es ella y sólo ella la que se identifica con la figura de la amante guerrillera y la utiliza como excusa para descubrirnos su propia identidad, su manera de ser mujer, de enfrentarse a la vida con la valentía de una revolucionaria que no espera otra cosa que hacerse visible ante el dominio del hombre, en todos los ámbitos de la sociedad, pero no para pisotearlo y ponerse por encima de él, sino para ser tratada como igual, como persona, antes que mujer con todos los derechos y deberes que la sociedad le otorga y le pide para desarrollarse en plenitud, una mujer que se arriesga, que vive cada momento con la intensidad del presente, sin importarle el futuro, ni arrepentirse del pasado, su lucha es día a día, codo a codo con otras personas, que como ella, luchan por la misma causa. En realidad no estoy descubriendo nada nuevo, pues como ya nos dice en el prólogo el profesor Miguel Ángel Cervantes Almodóvar: “Este poemario inspirado y cantado a la ecuatoriana Manuelita, es más que la historia poética de una mujer excepcional. Siento que Maribel Proietti revive en su carne, en su piel de peripecia vital”. Es esa vitalidad la que rezuma en todo el libro, en cada poema, en cada verso, que nos dibuja a una mujer con unas enormes ganas de ser reconocida como tal, de amar y ser amada, de hacer valer su cuerpo y su alma en toda su dimensión en lucha contra el machismo imperante en una sociedad pensada y diseñada por y para el hombre. Ya en el primer poema nos dice: “…mujer fastidiosa / convierte / su piel / en hombre / no colocarlo / en una jaula / comparte / la cama / al igual / que otras…”. Así, con versos cortos, que, precisos como un bisturí, nos llegan directos al corazón y nos sentimos identificados con ella. No deja ninguna duda cómo vive el amor cuando dice: “… el querer / encendido / de un fósforo / que dura / un instante…”. En otro poema dice: … volver / alzar la bandera / en libertad de amarte sin cadenas…” para terminar diciendo: “ … yo aún pisando / el estiércol cruel”. Nos conduce por un erotismo desgarrador, sin ambages, como cuando dice: “…Vagina negra / que ruega / con el tiempo / que le des / vino seco”. Se mueve con tanta libertad, que hasta inventa su propia poesía, prescinde de los signos de puntuación y, a veces deja sin poner alguna palabra, la deja elíptica y en esa elipsis nos lleva a la sugerencia. Ha llamado mi atención el poema titulado Dulcinea, donde, recordando a la musa de Don Quijote, compara a Manuelita con una bella dama junto a su caballero andante y duerme junto a él cuando regresa cansado de su lucha, y casi al final, nos dice: “… eres boca / roja / y tetas / de luna llena / brindando / risas en risas / en vino / a otros Hombres”. En esos “Hombres”, así, con mayúscula, entiendo que se refiere a la humanidad entera, a este género humano que tanto ha vilipendiado a la mujer y la sigue golpeando, violando y matando, sólo por el hecho de querer ser una mujer libre en igualdad de condiciones con el hombre. Pero esa Dulcinea es también Maribel, nuestra Dulce Mandioca, que busca igualmente reconocimiento en un mundo de machos. No quiero terminar, sin antes agradecer a nuestra poeta caribeña, la gentileza de encargarme estas letras para ser leídas más allá del Atlántico, allí, junto al Pacífico. Una vez más se manifiesta que para las palabras no existen fronteras y agradecerle también que escribiera este libro que nos descubre a Manuelita, pero también a la mujer que vive en su interior y que por un instante la ha dejado aflorar en sus versos. Hace muchos años que nos conocemos y estamos en contacto a través de internet, pero desde hoy le quedo enormemente agradecido por este regalo que me hace desde allá, junto a los Andes. Gracias Dulce, gracias Maribel, por dejarme adentrar en tus versos y en tu ser íntimo y profundo. 
 
Ricardo Fernández Moyano 25 de febrero de 2018 Zaragoza (España)

LA VIDA RESCATADA al hilo de la presentación de Zarzal en Barcelona


LA VIDA RESCATADA, al hilo de la presentación de Zarzal en Barcelona 
por Carlos Villarrubia 

En el mentidero de la discordia, la tierra de rastrojos oculta la claridad manipulando amaneceres a modo de prolongados crepúsculos. Fascinación por la muerte, devoción al presente efímero. El zarzal no enmaraña, es signo e indicio de un camino explorador. Y la inminencia del peligro sugiere la divina corresponsabilidad de convivir con la muerte. Reloj abolerado que marca sí las horas pero que también nos permite deslizarnos por el hueco de las sílabas al modo de los hilos de Cántico. Nada somos sin la luz del quinqué interior, como recuerdan cuadros y poemas de Ricardo. Nadie acude a nuestro rescate en las madrugadas inciertas cuando crece la duda ante el regreso del amanecer. Ahí está el susurro luminoso suministrando latido al Universo y es cuando la palabra viaja en dirección a la esencia y se busca y rebusca desgajándose de cenefas, en la radicalidad del ser íntimo. Todos los caminos sueñan tu sueño creador cuando miras de frente a la muerte y respetas los tiempos alejándote de la autoliquidación, viviéndote al compartir deseo-ternura y existencia en el magisterio del amor y la amistad. A orillas del Ebro, el cierzo cincela las palabras con su voluntad de matemático escultor, lejos de la ebriedad conceptual. El poder de los clanes condiciona, aturde pero nunca derrota la autoridad de lo afectivo que en vuelo de águila avistadora sobrevuela la batalla campal de las vanidades. Humana es la poética de Fernández Moyano, creíble en su vínculo solidario con la humanidad tan sofocada por tiempos de vida instantáneamente fotografiada. Tiempo interior que pide tiempo para maravillarse ante el futuro que se avista tras el zarzal. Carlos Villarrubia --Carlos Villarrubia: Periodista, escritor, letrista y autor multimedia.

PRESENTACIÓN EN ZARAGOZA DE “ZONA SENSIBLE. PENSAMIENTOS DENTRO DE UN TWEED” de Carlos Villarrubia



La Pantera Rossa 14 de mayo de 2015 

Buenas tardes y bienvenidos, es para mí un honor presentar este libro de mi buen amigo Carlos Villarrubia en Zaragoza, el 19 de abril fue presentado en Barcelona con gran éxito y el próximo día 22 de este mes será presentado en Madrid. A la pregunta de qué es ZONA SENSIBLE, comenzaré diciendo lo que no es. No se trata de un libro de poemas, aunque hay mucha poesía contenida en sus páginas, tampoco es un libro de aforismos, pero encontramos en él pensamientos de una gran profundidad que nos sumergen en el mundo, siempre difícil, de las emociones; también podemos decir que no es un libro de autoayuda, aunque en sus párrafos encontremos sin duda reflexiones que nos pueden animar y dar pistas en nuestra singladura por el terreno resbaladizo de los sentimientos. Se trata de un libro plural, en el que, Carlos, que siempre se mostró reacio a participar en la maraña de la informática, encontró en los 120 caracteres de Twitter la posibilidad de transmitir sus reflexiones a través de la red y así aumentar la posibilidad de llegar a más gente, de ahí el subtítulo “Pensamientos dentro de un tweed”. Carlos Villarrubia es sobre todo, un gran comunicador y partiendo de su experiencia personal en el mundo de las emociones, nos transmite a través de breves pensamientos, casi telegráficos, su acercamiento al universo de lo sensible, para ello, ha utilizado también fragmentos de poemas y canciones de su autoría y reflexiones extraídas de las conferencias y actos multidisciplinares que ha venido desarrollando a lo largo de los años en diversas ciudades de la geografía española. Conocí a este hombre excepcional a mediados de los noventa en unas jornadas que llevó a cabo en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza sobre la interacción de la poesía, la pintura y la música, llegué a él de la mano de Chaime Marcuello y de Mariano Madurga. Desde entonces, mantuvimos un estrecho contacto y con el tiempo, tuvo la gentileza de invitarme a participar en algunos encuentros que durante un tiempo estuvo organizando en Madrid en ACCAI y ECOCENTRO, allí tuve la suerte de conocer a poetas como Lola Moreno, Carlos Clementson o Alejandro Riera, cantautores como Cybil Durango o el malogrado Hilario Camacho y a comunicadoras como Marisol Galdón o la novelista Vanessa Montfort, reciente Premio Internacional de Novela Histórica de Zaragoza. De los guiones y las ideas compartidas en todos estos actos, Carlos ha ido entresacando algunas reflexiones que se han ido materializando en este libro. ZONA SENSIBLE, es un libro para tenerlo a mano, como libro de cabecera y poco a poco ir descubriendo en él aquellos pensamientos que nos pueden ayudar en nuestra cotidianeidad a la hora de conducirnos por los caminos inexplorados de la trascendencia: “Cuida de tus mayores… estarás empezando a cuidarte”, hace referencia a una parte del sentido de la vida, fielmente reflejada en Carlos. El libro está dividido en trece bloques, parte de un bloque cero, a modo de introducción, para mí, columna vertebral de este trabajo en su conjunto. Carlos nos dice: “No quiero vestirme de terapeuta ni sentarme al borde de la recomida experiencia, sí comunicar la vibración de quien dibuja su camino con la creencia en el placer compartido de la creación”. He recordado un texto de la poeta portoriqueña Iris M. Zavala que Nacho Escuín recoge en su libro La medida de lo posible: “La poesía no es hablar en rima, ni decir cosas bellas. Se recordará que poesía es poiesis, creación”. En los sucesivos bloques nos va descubriendo todo un mundo de sensaciones, títulos como “Transparentar lo invisible”, “Los viajes del deseo”, “El faro de la belleza” o “La aventura del cariño”, entre otros, sin olvidar un guiño a sus raíces gallegas con “Puerto saudade”, nos dan una idea de por donde nos van a ir conduciendo estos breves pensamientos que se clavan como dardos en lo más íntimo de nosotros. No es un libro fácil de leer, pues a cada paso tenemos que hacer una pausa para volver una y otra vez sobre las palabras que hemos leído intentando descubrir lo que Carlos nos quiere transmitir y cómo afectan a nuestra vida. Por todo ello, ZONA SENSIBLE llena un espacio, no solo en el mundo literario, sino también en el del pensamiento, deseo de corazón que todo el mundo en él recogido os ayude de verdad en vuestra aventura emocional y volváis siempre a él para descubrir nuevas rutas, nuevos caminos de fraternidad compartida en esta difícil lucha contra el tiempo.

PRÓLOGO DEL LIBRO DEL XXX CERTAMEN DE RELATOS PICARRAL 2014 (DE TODO SE SALE)

PRÓLOGO DEL LIBRO DEL XXX CERTAMEN DE RELATOS PICARRAL 2014 

(DE TODO SE SALE) 

 De todo se sale, es posible, pero cuando uno está viviendo la angustia del paro, la penosa transición de una enfermedad o el desasosiego de un futuro incierto, le resulta difícil aceptarlo, sin embargo, la experiencia nos dice que es así, que con el tiempo todo se supera, como suele decirse, todo tiene solución, menos la muerte, pero qué difícil es ver la claridad en los días oscuros de la incertidumbre, caemos en el pozo de la desesperación con demasiada facilidad, pero sólo de nuestras manos depende que todo cambie, tras la bruma de los días aciagos existe un resplandor que nos espera, un fugaz haz de luz nos dice que, a pesar de todo, merece la pena vivir. Ya van treinta años de este Certamen Literario del Picarral, treinta años en los que hemos visto ir mejorando nuestro barrio, muchas veces muy despacio, pero gracias al tesón y al esfuerzo de los vecinos, podemos decir que se han conseguido logros que hace sólo unos años parecían imposibles, basta con echar la mirada atrás y situarnos en los comienzos de este proyecto de la mano de la Comisión de Mujeres Picarral, para descubrir, como dice la canción ¡cómo hemos cambiado! De aquellas calles sin asfaltar que se embarraban cuando apenas llovía, atravesadas por los tanques camino del campo de maniobras de San Gregorio; con un servicio sanitario y educativo lamentable, lleno de fábricas que lo inundaban todo con diversos humos y olores, ninguno de ellos agradable. Salíamos a manifestarnos para pedir que nuestro barrio no quedara en el olvido de las Instituciones, claro que para entonces, vivir en la Margen Izquierda no era vivir en Zaragoza, ahora podemos decir con orgullo que estamos integrados en nuestra ciudad como ciudadanos de pleno derecho. Es cierto que yo no viví aquella situación tan penosa, pero la conozco a través de los vecinos y los carteles que cuelgan de las paredes de nuestra Asociación con recortes de periódicos de la época donde queda patente la lucha vecinal por un barrio mejor, pero sí conocí el solar de la Caitasa y otros muchos solares poblados de ratas y maleza. Hoy las necesidades son otras, el paro, una mayor calidad de vida para nuestros mayores, la pobreza con cara de mujer y de niños/as, los emigrantes... Siempre hay necesidades que cubrir y caminos para luchar por un barrio más humano. Son ya treinta años, como digo, en los que con mucho esfuerzo y colaboración, ha ido saliendo hacia adelante este Certamen Literario que año tras año ha acompañado al crecimiento y mejora del barrio, desde aquel El entorno y yo de 1984, hasta éste De todo se sale, a través de lemas, casi siempre referidos al mundo de la mujer, no porque fueran ellas las que lo convocaban, sino porque era también una forma de reivindicar sus derechos, denunciar las situaciones de opresión en la que han vivido y, por desgracia, todavía continúan infravaloradas y postergadas en muchos ámbitos de nuestra sociedad, así, con estos lemas, estas incansables mujeres, nos han ido convocando a descubrir nuestro gusanillo literario para aportar un granito de arena a este Concurso que tan buenos y gratos momentos nos ha hecho vivir. Tenemos además el orgullo de haber contado tanto entre los participantes, como en los miembros del jurado y en el Aula de Adultos a exponentes consagrados de las letras aragonesas: Ángeles de Irisarri, Ana María Navales, Carmen Magallón, Carmen Bandrés, Ricardo Berdié, Alonso Cordel y Luis Irache, así como los profesores de Lengua y Literatura del Avempace que siempre han estado dispuestos a colaborar. De todo se sale, como aquel hombre que a la muerte de su madre se atreve a proclamar su identidad sexual ante los ojos desorbitados del duelo, un éxito literario puede derribar el muro que separa a un hijo de su madre, un emigrante tiene que alquilarse por horas para sacar a su hijo adelante y una presa puede encontrar la libertad en el cuidado de la hija de su compañera muerta, historias que no dejarán indiferente a nadie. No quiero terminar sin agradecer la participación de las residentes de la cárcel de Zuera y los relatos de los internos de la Residencia de Disminuidos Físicos de Aragón que con su frescura, sus ansias de libertad y sus ganas de vivir nos dan una lección cada año por estas fechas. 

 Ricardo Fernández Moyano

Presentación del libro de relatos NOCHES DE LUNA LLENA de José Antonio Belmonte

La Bóveda del Albergue, Zaragoza 11-6-14 

Buenas tardes y muchas gracias a todos por venir. En primer lugar quiero agradecer al editor José Vicente Zalaya que me recomendara a José Antonio para presentar su libro. Aunque lo mío es más bien la poesía, sí hice una pequeña incursión en el mundo del relato con mi libro El círculo de los nombres. En cuanto leí la primera de las historias de Noches de luna llena, supe que me iba a encantar y que iba a disfrutar con su presentación. Los relatos de José Antonio, están muy bien construídos, te atrapan desde el principio y ya no puedes parar hasta el final, siempre sorprendente y a veces escalofríante. No es casualidad el título elegido por el autor, ya al principio ha escrito, a modo de presentación, el siguiente parrafo que te lanza raudo a su lectura: Dicen que en las noches de luna llena, los lobos, licántropos, vampiros, brujas y asesinos, salen de sus cuevas y se apoderan de la noche, para dar rienda suelta a sus más bajos instintos. Aunque él me ha pedido que insista en informaros de su falta de preparación académica y que su oficio es puramente autodidácta, ésta se ha suplido con su avidez lectora de grandes autores como Bécquer, Poe, Cortázar e incluso Stephen King. Los relatos que vais a encontrar nos conducen, a través de la intriga y el misterio a situaciones terribles, no exentas muchas veces de un toque de ternura. Partiendo del título y siguiendo con que el número de relatos es intencionadamente trece: Noche de lobos, Un gato negro en el jardín, El enterrador o Un muerto muy vivo, nos dan una idea de que nos van a mantener con el corazón encogido hasta el desenlace final que puede provocarnos desde una sarcástica sonrisa al estupor más desconcertante. Como hombre de campo, José Antonio nos traslada a creencias, mitos, supersticiones o leyendas que se han ido trasmitiendo en los pueblos de generación en generación y que él nos trasmite con certera habilidad, sumergiéndonos desde el principio en una atmósfera irreal y fantasmagórica que atrae como un imán y nos impide levantar la vista del libro. En definitiva, estamos ante una sucesión de hechos contados de manera tan brillante como eficaz. De todos ellos, recomiendo La bodega, a mi parece el mejor de los relatos, aunque todos poseen gran originalidad, lejos de caer en los tópicos del género, nos revelan la clase de autor que se ha forjado en la lectura minuciosa, intentando descubrir el secreto de los textos para luego llevarlo él mismo a la práctica, lo que ha realizado con gran maestría. José Antonio, es una persona inquieta con ganas de crecer y enriquecerse dentro del mundo de la literatura, lo que podrá realizar aprovechando las muchas ofertas que existen de cursos de escritura creativa. Estoy seguro que su línea narrativa se mantendrá en sentido ascendente y volverá de nuevo a deslumbrarnos en un futuro no muy lejano. 
Muchas gracias.

Presentación del libro Ese inmensoamor... que duele tanto de Carmen Martínez del grupo Poetalia de Bilbao



Presentación del libro Ese inmensoamor... que duele tanto de Carmen Martínez del grupo Poetalia de Bilbao
 
La Bóveda del Albergue 26 de septiembre de 2013 

Buenas tardes, en primer lugar quiero agradecer al Albergue la cesión de la Bóveda para presentar este libro y al mismo tiempo expresar a Carmen la ilusión por la deferencia de haber elegido Zaragoza, y en particular que pensara en mi para llevarla a cabo y en nuestra Asociación para organizarla. Conocí a Carmen en Bilbao en febrero de 2012, presentaba allí mi último libro, y tuvo la generosidad de acogerme en su casa, sin conocerme, sólo por el hecho de ser poeta, al tiempo que participó como rapsoda, junto a otros compañeros en la misma. Desde entonces estamos en contacto y tenemos una amistad entrañable. Cuando me pidió dirigir este acto, acepté encantado desde el principio, tanto por su magnífico libro, como por la oportunidad de volver a vernos, ya os podáis imaginar, que mi estancia en Bilbao fue inolvidable. Carmen, además de buena poeta es una gran rapsoda, con el grupo Poetalia organiza recitales para homenajear a sus autores preferidos, Ángela Figuera, Mario Benedetti, Blas de Otero y Gabriel Celaya, entre otros, o leyendo poemas propios. El libro que hoy nos ocupa, Ese inmensoamor... que duele tanto, es el úndecimo de su producción, en él trata de recoger y profundizar en todas las facetas del amor, así­ encontraremos en primer lugar, poemas que hablan del despecho, la decepción, la amargura y el dolor en el amor, poemas de desamor y dolor por la pérdida del ser amado. (Conocí a la mujer / que compartí­a tu mano. / ¡Tan hermosa, / tan feliz, / … tan ignorante). (Pagué el tributo de una compañía arrancada / al precio de una impuesta soledad). (Ahora, / con el termómetro de la distancia, / dudo si estuviste alguna vez). En segundo lugar escucharemos poemas dedicados al amor carnal, al tedio y la rutina que puede producirse (y se produce) en las relaciones de pareja y también poemas en los que se habla del maltrato a la mujer o del amor barnizado de ironía. (Déjame consumirme convertida / en lava roja / regándote y tiñendo de esperanza / tu desolación y desespero). (Tú, / sin estar, / sigues ocupando / demasiadas perchas en mi armario). En una tercera intervención podremos escuchar los poemas dedicados a ELLA, la mujer. Es una y muchas a la vez. Hoy valiente y fuerte. Mañana vencida y cobarde. A veces frí­vola. A veces reflexiva. (¡Sal de la cama! / grita tu lado cuerdo; / mientras la otra mujer susurra / ¡envuélvete en el anonimato / de las sábanas!) (Hoy toca / amarrar lo que no entiendo, / tolerar lo que no tolero, / comprender lo que no comprendo). También romántica y tierna. Sobre todo cuando escribe sobre su nieta Natalia. Como abuela primeriza que ya vivió la experiencia del embarazo, Carmen casi la siente gestar en su propio vientre. (Mientras escribo / duermes en el útero, / silencioso y cálido, / del cuerpo de tu madre). En la parte final del libro que hoy les presentamos, Carmen propone unos breves poemas, a modo de reflexión, bajo el tí­tulo genérico de BREVERIAS. (Eres brea pegada a mis zapatos, / empeñado en no dejarme avanzar). (Hacerse cómplice de la soledad / exige ser consciente de su presencia). (El día en el que numeremos los besos, / morirá la ternura). Decí­a Octavio Paz: Le pido a la poesía que me haga coincidir siempre conmigo mismo. La poesí­a de Carmen, es así, a cada paso nos descubre una faceta de ella. Es una poesí­a sencilla, con palabras serenas, evocadoras, que nos sumergen en el amplio mundo del amor, en todas sus vertientes y contradicciones. Un libro cuya lectura recomiendo no sólo a los amantes de la poesía, sino a toda persona que parafraseando a Baudelaire, tenga más recuerdos que si hubiera vivido mil años. Este poemario de Carmen Martínez, acompañado con acierto de un CD con poemas recitados por ella misma y Kepa Gallego y otros musicados por Eduardo Zallio y Beatriz Gómez-Fernandini en la voz de Isacc García, seguro no dejará indiferente a nadie.

PALABRAS ABRIENDO PUERTAS


A la luz de RITUALES DE IDENTIDAD de RICARDO FERNÁNDEZ MOYANO 

Palabras abriendo puertas, asomándose a balconadas para emprender el vuelo. Por un mapa de estrellas tras la dulce claridad. Cada día es un estreno, una aventura más para no perder la brújula de la ilusión. Ahí nace la razón de la palabra, la de ser latido en el caos, la llave para desatar nudos emocionales. Y así ser compañía... porque nacemos para llenar soledades ajenas. En la poética de Ricardo Fernández Moyano lo relevante es salir del ego, escapar del escondite y escuchar y escucharse en la mirada de los otros. Mirada nunca inquietante, siempre alentadora de geografías desconocidas. Con la actitud hospitalaria de nuestra energía afectiva nos desprendemos y renacemos. Como si el cierzo renovador que siempre me devuelve a la Zaragoza simbólica de Ambos Mundos-Plaza España-Gambrinus-, la que siempre me reta a la aventura narrativa a la que pronto acudiré desplegara el eco añorado para el espacio que suena. Escuchemos al silencio como en los Rituales de identidad de Ricardo; desde el silencio avanza la orquesta sinfónica y como escribí con Michel Conte, no "necesitamos a cien músicos para saber los secretos que hay en ti". La palabra busca hogar después del frío en la memoria de la armonía recobrada, de esa melodía que flota comos sugiere Argullol, tras la hojarasca. Ahí se cita la paz reflexiva de quien amplía las geografías del alma activa. Ricardo sabe transparentar lo invisible. Anuncio de lo oculto que no impide el eterno presente de la luz, cruzando túneles como evocaba en su cita de Javier Salvago en Transparencias. El bosque no nos perturba. Somos magia y misterio y sí, podemos encontrar oro en las ruinas.Para eso necesitamos -como sugiere Ricardo al hilo de Antonio Colinas-, quietud-mansedumbre y reconocer a los desconocidos que nos habitan y rescatar así la clandestina ternura. En enero de 2010 titulé en Ecocentro-Madrid uno de mis encuentros de creación afectiva. El beso que te adivina-la luz que te desvela-el amor que te nombra. Ahí encontró Ricardo motivo de inspiración. Quedarse en la mirada, viajar por la ciudad de sus ojos para alcanzar el abrazo fundacional, el regreso al origen. Ritmo y brillo a las palabras como sugiere José Hierro, ecos de Cántico para descubrir el tobogán que nace entre las sílabas. Búsqueda de la esencia que Ricardo emprende en su viaje hacia la depuración de lo superfluo. No hay fuga mas que de los laberintos de la desolación. Abrazo cálido a la luz de la luna en la mirada del niño que aún se fascina ante el templete. Junto recordamos la canción que escribí con Hilario Camacho, Sin decir adiós, a la que Ricardo dedica un poema. Espectáculo de la vida que eternamente nos acompaña, aventura de escribir. Seguiremos escuchando violines en la niebla, asomándonos a las balconadas del porvenir. 

 Carlos Villarrubia 
 Carlos Villarrubia: Periodista, escritor, letrista y autor multimedia. 

ENCUENTRO CON LA POESÍA DE JOAQUÍN SÁNCHEZ VALLÉS

Biblioteca de Aragón 4-6-2013 Que Joaquín Sánchez Vallés es uno de los grandes poetas aragoneses contemporáneos vivos, es algo notorio y sobradamente conocido en los círculos culturales de nuestra comunidad, pero sin embargo, para algunas nuevas generaciones de poetas resulta casi desconocido. Ya decía Antonio Pérez Raseras en el prólogo a Preludio y fado: "Joaquín Sánchez Vallés es uno de los casos más sangrantes de la marginación a que parece estar condenada la práctica poética aragonesa. Los casos de Miguel Labordeta, Julio Antonio Gómez o Ignacio Prat son algo más que nombres de una larga lista que, como en el caso que nos ocupa, representa un claro ejemplo de la sinrazón del paradigma crítico con el que se ha operado en el análisis de la poesía de las últimas décadas. Ganador de algunos de los más prestigiosos premios de poesía en castellano y a pesar de que muchas de sus obras se han publicado en colecciones de alcance nacional, su poesía ha sufrido un silencio critico que sólo puede explicarse desde la ceguera y el desconocimiento con el que opera la crítica, más dispuesta a favorecer el capillismo y a sancionar el canon que a descubrir a creadores novedosos que arriesguen en cada texto su ser y su escritura, que hagan de la palabra carne, según su ajustada expresión". Personalmente pienso que tal vez esto haya ocurrido, sobre todo en Aragón, porque se ha prodigado poco tanto en actos públicos como en el escaso uso de internet para dar difusión a su poesía. Últimamente, gracias a la Asociación Aragonesa de Escritores, se le ha podido ver en diversos eventos y hemos podido disfrutar de ella. Tuve ocasión de conocer su poesía gracias a la Antología de la poesía aragonesa contemporánea de Antonio Pérez Raseras de 1978 al preparar un homenaje a poetas aragoneses actuales dentro de los recitales de la Ruta del Arte en el Actur, allí tuve ocasión de leer y enamorarme de sus versos, pero no fue hasta hace un par de años cuando pude conocerlo en persona, desde entonces me rondaba la idea de organizar un encuentro con su poesía, realizar un recorrido por su extensa vida poética, dentro de los actos que solemos llevar a cabo nuestra Asociación Literaria Rey Fernando de Aragón con poetas aragoneses contemporáneos: Hasta ahora hemos repasado la obra de Carmen Serna, fallecida hace ya casi dos años, Ángel Guinda, Rosendo Tello, Alonso Cordel, Mariano Esquillor y Manuel Martínez Forega que figuran como socios de honor de nuestra asociación. Joaquín Sánchez Vallés nace en Huesca el 16 de marzo de 1953. Estudió Filología Románica en la Universidad de Zaragoza. Ha sido durante casi 37 años profesor de lengua y literatura en distintos institutos de Zaragoza. En este mismo año de 2013 se ha jubilado voluntariamente. Su obra aparece recogida en varias Antologías poéticas. Ha publicado varios libros tanto de narrativa como de poesía: NARRATIVA: -La ciudad junto al rio (Novela. Finalista del premio "Azorín"). Editorial Aguaclara. Alicante. 1990. -La costa de las perlas (Novela. Premio "Francisco Ayala"). Universidad Popular. San Sebastián de los Reyes. 1997. - El hombre-lobo de Huesca (Relatos). Editorial Certeza. Zaragoza. 2008. - El juglar de Languedoc (Novela). Irreverentes. Madrid. 2008. - Deslocalizado (Relato). Instituto de Estudios Altoaragoneses. Huesca. 2010. Pero lo que hoy nos reúne es su trayectoria poética: En 1979 publica Moradas y regiones en la Colección Puyal dirigida por Ángel Guinda. En 1983 obtiene un Accésit al premio "Gallo de Vidrio" con su libro De un amor. De estos libros el autor se siente un tanto desvinculado tanto por el tiempo transcurrido como por la evolución de su poesía. A partir de aquí sus libros se cuentan por premios: Ese mismo año de 1983 obtiene el Premio "Ángaro" del Ayuntamiento de Sevilla por su libro Ruina del aire. En 1988 le otorgan el Premio "Florentino Pérez-Embid" de La Real Academia Sevillana de Buenas Letras a La invisible memoria del invierno siendo publicado en la Colección Adonais. Al año siguiente 1989 recibe el Premio "Esquío" del Ayuntamiento de Ferrol y la Sociedad de Cultura Valle-Inclán por Cuaderno de ejercicios. En 1991 le entregan el Premio "Zenobia" por su libro A la puerta del mar. Un año después recibe el Premio Internacional "Barajas-Puerta de España" del Ayuntamiento de Madrid por El tiempo irreparable. En 1994 obtiene el Premio "Luis Cernuda" por El nombre de las cosas. Sus tres últimas obras las ha publicado en Aragón. En 1999 la Editorial Olifante edita Preludio y fado, dividido en dos partes: Preludio con un extenso poemas en verso libre dividido en dos partes y Fado, formado por sonetos quebrados por tres composiciones largas en verso libre. En 2002 le editan en Prensas Universitarias Pasos en el jardín. Ese libro tiene la peculiaridad que la mayoría de los poemas van sin título y en su lugar van encabezados por una fecha. En 2005 publica Páramos del amor en Lola Editorial, su último libro editado hasta la fecha. Un pequeño librito, casi una plaquette, que recorre con poemas breves en un tono de añoranza los lugares, lechos y estepas habitados por el amor, en un tono elegiaco que aparece en toda su obra, la poesía condenada a narrar ausencias. Próximamente publicará Fados huérfanos en la Editorial Quadrivium. Desde nuestra asociación, queremos expresar a Joaquín nuestro agradecimiento por su participación en este acto y desde aquí lo emplazamos a posteriores colaboraciones. 

 

Ricardo Fernández Moyano .

PRESENTACIÓN DE 74 BRISAS DE LA LUNA de Chabi Angulo


 

Pizzeria Al pensiero 19-07-2011 

Chabi Angulo nació en Holanda, provincia de Hilversum. Sus padres son españoles (madre canaria y padre cordobés criado en Barcelona) que se conocieron en Holanda. Se casaron allí y tuvieron 2 hijos. Cuando cumplió los 8 años, lo trasladaron a Tenerife, Islas Canarias. Comenzô a escribir a los 14 años aproximadamente, pero jamâs ha publicado nada y lo más doloroso, destruyendo todo lo escrito o bien lo ha regalado. Comenzó a trabajar a los 18 años en el mundo de las urgencias y emergencias aunque ya era voluntario de varias ONG relacionadas con ellas. Trabaja hasta los 31 años y viene a Zaragoza dejando atrás las emergencias. 74 brisas de la Luna es su primer libro. Para hablar de él, en primer lugar debemos preguntarnos ¿Qué es un haiku? Abordaremos la pregunta desde dos puntos de vista: En cuanto a la expresión, un haiku (o haikai) es un poema breve de aproximadamente 17 silabas que suelen estar organizados en 3 versos (5-7-5). El haiku no tiene título ni rima en japonés, su simplicidad es tal que podemos prescindir de signos de puntuación y mayùsculas. De alguna manera se parece a lo que decimos hablando. En concordancia, en el haiku abundan los sustantivos: es una forma poética predominantemente nominal, de expresión sencilla y concisa. El término haiku es sin embargo reciente, pues el primero en emplearlo es Shiki en el S. XIX. En cuanto al contenido, "haikai es simplemente lo que está sucediendo en este lugar, este momento" nos dicen los poetas japoneses del Siglo XVII. El poema suele tratar de la naturaleza, de la realidad, de lo percibido por los sentidos. El haiku clásico es una percepción directa por los sentidos. El haiku clásico de un acontecimiento, a menudo trivial, que llama la atención del poeta (haijin, o persona que escribe haiku), el cual lo espiritualiza y eleva por encima de su pequeña transcendencia. La fuente de inspiración para el poeta puede ser un monte, un arroyo, la vegetación o el clima. En todos los casos el haiku está impregnado de un fuerte sentimiento de estación: primavera, verano, otoño, invierno y Año Nuevo, concepto este último muy tradicional y con connotaciones propias de la tradición nipona. Se relaciona con todas las tradiciones ancestrales, la ceremonia del té, el cuidado de jardines, los bonsáis, el arreglo de flores etc. Pero esto no ha impedido el conocimiento y posterior adopción del haiku por el mundo occidental, considerándolo como un género abierto y universal. El haiku surge de la contemplación de la naturaleza. "Para escribir un haiku hay que mirar el mundo con ojos de niño", dirá un haijin clásico japonés, hay que dejarse sorprender por el paisaje, contemplarlo como si fuera la primera vez que lo vemos, en definitiva mirar la realidad con otros ojos, con los ojos del corazón. Naturalmente, hoy en día existe el haiku urbano, el haiku de lo cotidiano, pero la forma de escritura es la misma: contemplación y sorpresa, de hecho el último verso muchas veces suele ser un hecho sorprendente que atrapa al poeta. Como ejemplo este famoso haiku del maestro Bashô: Un viejo estanque / se zambulle una rana: / ruido del agua. Por todo lo dicho, creo debo decir que los poemas de Chabi no son exactamente haikus, o al menos no todos. Tal vez se escapen unos cuantos: Viejo Moncayo / coronado de nieve / fiel horizonte, o este otro: Hombre y perro / a cada cual sensible / la luna sale, en el primero de ellos, si sustituimos el Moncayo por el monte Fuji (el Fujiyama), tendríamos un haiku clásico japonés. En realidad podríamos decir que 74 brisas de la luna, es un acercamiento al haiku, primero en su métrica y luego en la expresión, pero un haiku no debe llevar metáforas, ni en él aparece el yo del poeta, ni los sentimientos, ni son reflexiones personales, es algo tan sencillo y tan complejo como decir lo que está pasando aquí, ahora, en este momento. Sin duda estamos ante un gran libro de poemas (tercetos) con forma de haiku que hablan mucho de la sensibilidad de Chabi y que nos dicen que dentro de él se está forjando un gran haijin por su especial atracción por el espíritu del haiku, la espiritualidad zen y el mundo que le rodea con los sentidos a flor de piel. 

Ricardo Fernández Moyano

FANTASÍAS PARA UN EROS FESTIVO


FANTASÍAS PARA UN EROS FESTIVO 

Fantasias... necesarias para iluminar matices de amor; mil fases de ti. Personajes que sólo descubres si activas tu sueño navegando la vida. No te niegues sentir. Detrás de la puerta: la luz; aventúrate al juego. Quien te quiera juzgar que se guarde el puñal... Fantasías, va no hay vela que puedan tapar lunas llenas de afectividad. ¡Viva la transparencia! Rescato a ese niño que aún corretea por el desván del deseo. Soy yo cuando quiero despistar el dolor; mi doble que viene a salvarme del golpe de un viento furtivo. Siempre talismán devorando el temor. Fantasías... mapas del deseo, planetas distantes que acercas de pronto si escuchas tu voz. Juegos sin castigo; radar que ilumina las zonas de sombra que aún hay dentro de ti. La otra orilla me espera. Pierdo el miedo al miedo. Callan las veletas locas y el pasatiempo no sabe a contratiempo. No hay nada que forzar. El ritmo viene a mí como un latido original solo se deja oír armónico y gentil en el bosque encantado. Mantiene mi tic tac con el sabio rumor que sabe descifrar las claves del silencio. Desarma al ruido y corta la flor serena del instante. Me da lo que pido y me invita a solicitar lo que necesito. El ritmo anunciará cualquier malvado indi¬cio. Despierta su señal de alerta si se aproxima cualquier asomo de abismo. Abro mi casa/cuerpo sin telarañas de autoestimulación y vuelo en el calendario de tu sonrisa. Me silba para que ahonde en la cueva y nade en el mar de la fertilidad. Soy el desahuciado que vuelve a vivir besado por su buena estrella. Soy el que ha esperado paciente a cruzar con tu barca hacia la otra ribera. Páginas escritas siempre con el margen limpio para que me visite la sensualidad. Fuera inquisidores no niego el pasado; soy un alma activa, me encanta explorar. Nunca me siento herido si juegan al rechazo las normas artificiales. Barrera corporal para quien sólo se autocomtempla, sólo se pierde en un río interior que no quiere ver al mar. Imágenes-memoria... amor que me reclama ya voy hacia tu encuentro pues ya se te escuchar. Necesitaba el libre andar del peregrino; no fue el sexo mi droga tan sólo llave para conocer y abrir todas las puertas y remojar el miedo con sabia ecología de exquisita intimidad. Danzas húmedas y a superar cualquier tirón de la vista cansada de ausencia de paisajes. Bravo por la belleza: me dejo alimentar. Corazón de sal, piel de arena, lengua de fuego, estrella de mar, nube que se atreve, a punto de nieve, de ritmo vibrante,- de palabra ardiente. El viento de cara, jardines de ensueño. No me miro al espejo. no tengo nada que conservar ni siquiera un fracaso para llorar ni un botín de recuerden en ultramar. No hubo mejores tiempos ni años dorados en el cartel. Que corra el calendario, que el tiempo vuele. Habrá un después del frío querido amigo Popper, Marina en diccionario de nuevos sentimientos. Colinas en la música divina del silencio, García de Olalla en juegos de líquida soledad, Yorgo Seferis sentado en la roca de la paciencia, Baudelaire: tan cansado de las flores del mal: Valery rebuscando sus calles-referencia para que Michael Ende nos vuelva a sorprender: jardines del lenguaje en las tardes de Gala y Juan Ramón celando las rosas del futuro. Se ríe Rosalía de quien confunde el puerto de la melancolía con el Apocalipsis. Amado se enamora una vez más de Gabriela. Clavo, canela en rama, ruta de las especies. Eternos descubridores en el idioma de la sensualidad creativa. Quien tiene fantasías es un heredero del optimismo de una tradición enraizada en la belleza. Me nacen ramas y desprendo de mí los troncos secos. Amo de par en par, a manos llenas y no me agoto en la competición. En cuerpo de mujer descubro mis paisajes: puntitas de alfiler, al fin todo placer. Envidia al rencoroso, a quien me llamó loco. Locura es conocer el columpio de tu piel, balancearse en el rocío sin la red de la costumbre. Abrazado a la cola del vierno, con la fuerza de las nuevas energías afectivas. Sintiendo que el bosque vuelve a la ciudad, que las hayas pasean por el centro comercial. Bailo con las palabras y me dejo acariciar. Todo mi cuerpo siente si desalojé la ansiedad. Todo mi cuerpo amable; todo mi cuerpo ¡amor!. Siento que al fin respiro en mi clima natural. Rompo últimos nudos; bienvenida libertad. Nunca bajo de tono cuando tengo que expresar nubes de sentimientos sin temor a la descarga. Que suenen los cueros, que el sentimiento pide foco. Le daré mis palabras, no necesito ahorrarlas; lo que doy me vuelve rico, abre las fronteras y las dudas de ayer fantasmas que la nieve en deshielo arrastró... al archivo del otro que fui, a ese tembloroso casi infantil que veía montañas gigantes en un valle de intensa amistad. Corre el calendario y agradezco el vendaval, cambio viejos cansancios por mi nueva intensidad. Ya no hay timbres de alerta ni pose de resistencia. Me siento seguro en el rail de la belleza, en la autopista del cariño, en la red de redes, en la divina telaraña que siempre deja respirar. Eros festivo, ventanas al museo. la luz de Velázquez, Van Dongert y el can can. Van Gogh sobre las aguas es noche en Ámsterdam. Coco o piña colada y aires de Guayana. Sabores, mestizaje y vibración vital. Caricias del Atlántico, María de Candelaria. Vapores, selva negra y Cuba en Barcelona. Madrid sabe a Teresa, mi largo caramelo, morena cordobesa, Romero de Torres en el perfil. Diario siempre abierto, cuaderno de bitácora que no pide reintegros, ni sueña el interés. Me quedo en la memoria nunca en la nostalgia; me crezco en el amor y en el privilegio de disfrutar con el océano de la belleza. Mar de mares, mar de donde nunca se naufraga. Valle de lágrimas, abstenerse. Me espera el sentimiento aplicado, la ruta de la vientos, el arte de vivir, la querencia que intuye será visitada. La nana cariñosa de la madrugada y una niebla gentil que me deje cielo para pintar con palabras de vida. Manando amor. Carlos Villarrubia

Apuntes a "EL FARO DE SIGFRIDO"

 
Raúl Herrero

Alicia Silvestre
 
Lo primero que llama la atención de este libro es que está escrito a cuatro manos por Alicia Silvestre y Raúl Herrero, dos poetas tan perfectamente ensamblados que al leer los poemas parecen escritos por un solo autor si no fuera porque los versos de Alicia aparecen en cursiva y los de Raúl en redondas y los poemas propios están firmados con sus iniciales. Pero un mismo espíritu subyace de cada uno de ellos, es como si sus mentes estuviesen enlazadas por un halo común que los envuelve y a las reflexiones de uno contestaran las del otro en total armonía como si de un pensamiento único se tratase, como una sola alma que palpita en el fondo del poema. Sin embargo detrás de esa apariencia primigenia hay toda una labor de estudio, de profundización en el lenguaje, una labor que comenzó en 1995 y que tras un periodo de silencio renace en 2001 con fuerza para dar como fruto este poemario que no es sino la conjunción de dos silencios que se ensamblan en perfecta armonía para deleitarnos con la palabra creadora. Si el acto creativo es de por sí un acto solitario, aquí se convierte en un acto solidario, una simbiosis perfecta entre un alma femenina y otra masculina que se amalgaman en una sincronía total para dar como fruto un conjunto de poemas, ya escritos al unísono ya por separado, que nos dan una idea clara de lo que para ellos es la poesía, la comunicación de una vida que late en cada verso con la fuerza del embrión primigenio. Como fieles herederos del postismo observamos en sus poemas una búsqueda casi desesperada de mitos y raíces, a la vez que dan una supremacía al subconsciente sobre la razón, una imaginación desbordada y un simbolismo surrealista intentando capturar en sus imágenes las verdades más absolutas. Así, con un estilo metafórico y sugestivo nos recuerdan al mejor Arrabal, Carlos Edmundo de Ory, Verlaine o Mallarmé como se puede ver en “La Victoria de Samotracia”: “Ínsulas e istmos tenebrosos / se carcajean de la historia / que se mece / en la cuerda diatónica”, en “Bacanal numantina”, poema escrito en una sola voz entre los dos poetas: “Aquel día llovieron astillas herrumbrosas / y se levantó el ámbar que aterido ardía y se desvelaba / en hogar de paredes humectantes / se despació…”, en “Binomio sentimental” de Raúl: “La noche como un saxofón líquido / rueda por la espalda con tu nombre” o en “Esa sola y misma palabra” de Alicia: “Mis letras se bebían en mi ardor su esfuerzo, / mi sudoroso idear. / Y te tuve en mis manos, Sigfrido. / Volvía el silencio cargado de futuro”. El libro consta de cinco partes, si en la primera predominan los poemas escritos entre ambos donde sus voces se entremezclan para resolverse en una sola, en la segunda aparecen poemas propios junto a dibujos de ambos tan llenos de poesía como los propios poemas. El tercero y cuarto, titulados ambos “Selecta” recogen poemas de cada autor por separado donde nos dan una visión de su poética más profunda y el quinto es un homenaje a Frida Khalo con dos poemas uno de cada autor debido a la influencia de su arte en ambos poetas. En definitiva, un libro singular que recomiendo desde aquí a todos los amantes de la buena poesía con la seguridad de que disfrutarán con su lectura. 
 
El faro de Sigfrido se encuentra publicado en la editorial Libros del innombrable