domingo, 29 de junio de 2008

Literatura erótica

LA JORNADA, junio de 2008

La literatura erótica sucumbió ante el poder del mercado: Glantz

Reúne en un libro sus ensayos sobre cómo ha cambiado la percepción hacia ese género

Mónica Mateos-Vega

La literatura erótica ha dejado de tener el éxito del que gozó hace 30 años, pues sucumbió a la dictadura del mercado, evalúa la escritora Margo Glantz, a propósito de la aparición de su libro La polca de los osos (Almadía) en el cual reúne varios ensayos, que analizan, entre otros temas, cómo ha cambiado la percepción hacia ese género.

La memoria en autores clásicos como Marcel Proust, Gustave Flaubert, Arthur Rimbaud y Marguerite Duras, así como la trayectoria de los escritores perseguidos por el nazismo, de Paul Celan a Primo Levi, completan el contenido del volumen, calificado por sus editores de “exquisito, apuntalado con un estilo brioso, apasionado, divertido, por momentos impetuoso pero sobre todo adictivo y brillante”.

En entrevista con La Jornada, Glantz explica que escribir literatura erótica es muy difícil, “porque puede ser absolutamente chabacana y reiterativa, sin aportar nada nuevo, descriptiva, sin ninguna vigencia literaria”.

Censura sobre el cuerpo

Hace tres décadas, cuando Margo Glantz realizó algunos de los artículos incluidos en La polca de los osos, todavía se censuraba mucho a la literatura erótica.

Al respecto, la colaboradora de La Jornada, añade: “y comenzaban a editarse colecciones como La sonrisa vertical de Tusquets, las cuales tuvieron mucho éxito y un sentido político contra la dictadura de Francisco Franco, en España.

“Treinta y pico años más tarde dejaron de tenerlo porque el franquismo ya se había agotado, había llegado la movida española y las cosas cambiaron tremendamente en varios países. La literatura erótica sucumbió a la dictadura del mercado, pues cuando la libertad se vuelve excesiva no tiene efecto.”

Además de tratar de abordar la imagen del cuerpo en el campo literario, principalmente en el territorio del erotismo, Margo Glantz habla en sus escritos de la memoria histórica de la censura sobre el cuerpo: “He rescrito los ensayos, los he puesto al día, pues si bien la revolución feminista fue muy importante, no ha sido perfecta.

“Es decir, la mentalidad de muchas mujeres, sobre todo las occidentales, ha cambiado mucho en 30 años, además de que ha habido una serie de revoluciones técnicas en relación con el cuerpo femenino que liberan una parte de la sexualidad, por ejemplo, la mujer puede controlar más su maternidad, pero es evidente que ha crecido el fundamentalismo religioso en contra de ellas, como lo vemos en México con el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, José Luis Soberanes, quien no quiere que la mujer tenga derecho sobre su cuerpo.”

Frágil, por reproductiva

“El feminismo –prosigue Margo Glantz– ha decretado que la mujer no es un ser biológico. Inclusive Simone de Beauvoir señalaba que la mujer no nace, se hace, es cultural.

“Sin embargo hay un elemento en la mujer que la liga a su ciclo biológico, al hecho de tener hijos, de ser reproductiva, la hace más frágil. El hombre, al no portar en sí la reproducción, lo hace un ser distinto, mucho más dueño de su destino.

“Entonces, ahora nos quieren controlar la reproducción, por eso es muy vigente lo escribí. A pesar de los años y de todos los acontecimientos, las mujeres no hemos dejado de ser seres esencialmente biológicos, o hay momentos en que esta condición biológica puede ser definitiva.

“La polémica en torno a la despenalización del aborto lo prueba: quieren hacer toda una serie de reglamentos bioéticos para que la mujer no pueda decidir lo que quiere hacer con su cuerpo. También lo que sucede con las niñas violadas, que la justicia se hace tonta para no permitirles abortar, las obliga a cargar con un terrible peso y hasta las culpabilizan por ser violadas.”

Glantz también analiza en La polca de los osos la pornografía, la cual se caracteriza ahora, señala, “por su capacidad de difundirse, de expandirse brutalmente a través de los medios electrónicos, de la publicidad.

“En las librerías ya no hay distingos entre Los tres mosqueteros, un libro de vampiros, Dostoievski o La montaña mágica, de Thoman Mann, y un libro abiertamente pornográfico de un pésimo escritor que sólo describa las partes sexuales.”

“Antes, por ejemplo en la Biblioteca Nacional de Francia existía una sección que se llamaba el Infierno, porque sólo podían entrar personas mayores de edad y reconocidas como Georges Bataille o Jean-Paul Sartre, que se suponía que no iban a escandalizar. Ya no sucede eso.”

El libro La polca de los osos, de Margo Glantz, se presentará el 19 de junio en la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa (calzada la Purísima 212, colonia Vicentina), a las 14 horas. Participarán Álvaro Ruiz Abreu, Luz Elena Zamudio, Martín Solares y la autora.

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